sábado, 27 de octubre de 2007
Bien Hierro, bien
No sólo se desmarcó, sino que también argumentó a favor de que Costa diga lo que se le cante, aunque sí aclaró que otra cosa es que haga lo que se le cante.
"Siempre sostuve que una opinión nada tiene que ver con la disciplina, lo que tiene que ver con la disciplina es la conducta posterior a la opinión", manifestó LHP, subrayando que “nunca” propuso ni propondrá que la comisión de disciplina “se ocupe de las opiniones de los colorados, dichas en el ejercicio de la libertad de expresión".
Valió la pena
Fuera de todo lo que tenía previsto ver, noto que aparece en el escenario Enrique Pandolfi con un saxo entre sus brazos. Arrancó a darle y con eso solo ya valió la noche. Un crá el dire, como le dicen por otros lares de la red.
viernes, 26 de octubre de 2007
Libertades tronchadas
"No abdicaré de mi derecho a opinar, aun en solitario, sobre aspectos académicos o incluso políticos del quehacer nacional y partidario", agrega.
Queda como 'raro' que el paladín de la libertad de expresión y de cuanta libertad pueda crearse, acuse una hemiplejia política como la que evidencia, y alimente la reacción censuradora que surgió espontáneamente cuando Costa dijo lo que se le ocurrió. Llegué a tragarme, por un momento, que esto era exclusivo de gerontes zurdos. Pero no.
Cruzados Juan-Adeom (II)
El miércoles en el programa Rompecabezas (105.5), Germán Fierro, Nelson Blanchet y Juan Batista indicaron que las manifestaciones realizadas por el miembro de la directiva –del cual nunca dieron el nombre- “tal vez no hayan sido afortunadas”, aduciendo como argumento la falta de experiencia en la dirigencia gremial de quien las hizo. “El obrero puede hablar muchas veces con el corazón y en lo caliente”, justificó Batista.
El miércoles Giachetto le hizo llegar una carta a Fierro señalando que hasta tanto ADEOM no se retracte o, en caso contrario, reafirme las denuncias aportando datos concretos sobre “los directores que concurren a divertirse, a costa de la espera del chofer”, el diálogo no se retomará.
En la carta el intendente también acusó de “doble discurso” a la cúpula gremial, y discrepó con la posición de ADEOM sobre una modificación presupuestal “realizada de espaldas al gremio”. “Los escuchamos y recibimos aún fuera de tiempo –sostiene Giachetto en la misiva- e incluso realizamos modificaciones atendiendo sugerencias”.
martes, 23 de octubre de 2007
Tras el paso al costado de Samacoitz y el paso atrás de Novo, alguien dio un paso al frente
lunes, 22 de octubre de 2007
La revolución desde las cuerdas
El autor de A Desalambrar sostuvo, en una entrevista con Alternativa, que “no es posible enfrentar una lucha si no se tiene una gran idealización”, aunque reconoce que “a veces afloran otros elementos en el ser humano”, como “el egoísmo y el interés personal”, los que “se pueden meter en la ideología. Por eso hay que estar muy en guardia”.
Se refirió también a la fragilidad de la canción y a los que van “a hacer catarsis” escuchando o entonando estrofas revolucionarias. “Si alguno se está imaginando que con una canción, en un momento de catarsis, puede cambiar algo, eso es un absurdo”, enfatizó.
Siente como “un logro” que quienes escuchan sus canciones “se vayan con una chispita de inquietud”, incluso “aunque tengan una discrepancia”. La intención es que “les muevan sus esquemas psicopolíticos en algo”.
Para Viglietti es claro que no hay una revolución en el país, pero “sí hay una evolución y tenemos que ir trabajando por ponerle la letra ‘erre’”.
Afirma que el de las transformaciones es “un camino largo” y que se transitará “lento”, más que “los latidos del corazón que uno siente que reclaman otros tiempos”.
- Hace unos días, en un panel sobre Derechos Humanos que tenía como público a estudiantes terciarios, se destacó la labor de Roger Rodríguez, y ante el silencio se preguntó si lo conocían, ante lo cual el silencio se extendió. ¿Este tipo de situaciones, de qué son consecuencia?
- Creo que es producto de una brutal tarea de poda de información que hizo la dictadura, que quiso descerebrar el país. Podríamos decir que no lo logró, pero sí dejó heridas grandes, vacíos grandes, y en las etapas posteriores sabemos lo que han sido los gobiernos tradicionales en la continuidad para que una cantidad de cosas queden ocultas, sin aclarar, y en consecuencia la poca circulación de información masiva a través de los medios o el poco conocimiento masivo que tienen los propios periodistas que trabajan sobre esto. Esta información suele tener un campo de resonancia limitado.
El país entero puede votar la mitad más uno al Frente Amplio, pero la mitad más uno no está informándose de muchas cosas porque la mitad más uno es mucha gente. Muchas veces tenemos la ilusión de que está más expandida la información, pero nos estamos moviendo en un círculo que puede llegar a ser amplio pero no masivo.
- En una de las cartillas Nuestra Tierra que se editaron por fines de los sesenta, Roque Faraone se refería a la ‘anestesia dialéctica’
- Si!!, es una buena definición de Roque, una muy buena definición. Es un poco como esa canción de Leo Maslíah, Metamorfosis del príncipe ogro (*), por la transformación del sistema, de cómo va buscando vericuetos para disimularse, cambiarse, pero en el fondo sigue teniendo el mismo propósito adentro, que es desinformar, traicionar la verdad, ocultar y contribuir a la impunidad.
- Una dosis de realidad nos lleva a razonar que hoy ‘las masas’ están en sus casas mirando a Tinelli.
- Siempre ha existido la mediocridad de estos programas masivos que ejercen una gran presión, porque como no se logra modificar los parámetros con los cuales el público se maneja, ese circo -tengo gran respeto por la palabra circo, pero ahora la digo irónicamente- reaparece; volvemos a la metamorfosis: hoy es Tinelli, ayer fue otro. Es lo que el sistema y lo que las firmas comerciales promueven; es un gran trampero.
Estamos en una etapa en la cual algunas cosas pueden intentar modificarse en los medios. Hay algunas señales, pero creo que son insuficientes, excepto el trabajo en televisión de TV Ciudad, que me parece formidable y que dentro de un gobierno como el que tenemos, creo que es hora de que arranque su cable y sea proyectado por aire a nivel nacional. Me van a decir que estamos en una democracia representativa en la que hay una cantidad de subterfugios legales, acuerdos, decretos y una cantidad de cosas que hacen muy difícil pasar del deseo a la transformación, pero creo que el esfuerzo hay que hacerlo porque sino vamos a estar durante decenios atados sin poder hacer una transformación de fondo.
Sabemos que no hay una revolución en el país. Sí hay una evolución, y tenemos que ir trabajando por ponerle la letra ‘erre’, por ejemplo en los medios. En canal 5 hay pequeños gestos, cosas puntuales, pero hay que ir más adelante con todo eso, sin límites para ahondar el proceso.
- Pero con las masas mirando a Tinelli y con esa anestesia dialéctica a la que hacíamos referencia, ¿es posible ‘el hombre nuevo’?
- El hombre nuevo es una hipótesis, y es una hipótesis que se va desplazando. Yo no creo que alguien haya pensado al hombre nuevo como algo acabado, algo que se pueda tocar y decir ‘es así’. Es una hipótesis de trabajo. Cuando parece que va estar se corre o lo hieren, o lo desaparecen o lo mortifican para que no siga siendo hombre o mujer nueva, humano nuevo. Está siempre muy agredido por intereses principalmente económicos. Es un problema netamente económico, por el poder del dinero, el poder de la explotación que impide una rebelión de fondo.
Pero hay ejemplos en el mundo de que no se han salido con la suya. Un martirologio como el de Vietnam fue terrible, y sin embargo Vietnam venció. Me preguntarán en qué está Vietnam hoy, y sí, es difícil la situación allí. Es un largo laberinto. No sé cuántas generaciones hay que sumar para llegar a una situación planetaria -fijate lo que estoy diciendo- o, siendo más modestos, hasta una situación regional en América Latina.
En pos de eso trabajamos, creemos en eso, no de una manera religiosa sino muy realista y concreta, y los escarmientos han sido muy duros, pero no han logrado con los escarmientos detener la búsqueda del cambio. No hay que olvidarse de que el hecho de que la izquierda haya ganado en este país es histórico. Eso no es inocente de los sacrificios anteriores, de la gente que resistió en los cuarteles, en los penales, etc.. Todo eso alimentó alguna zona de la consciencia nacional que llevó un día a poner un papelito diferente en la urna. El trabajo debe continuar e insisto: debemos trabajar por la letra ‘erre’.
- ¿Qué poder de acción puede llegar a tener la música, el arte, en ese trabajo?
- Evidentemente si sigo haciendo esto es porque creo en lo que hago. En algún momento, de todos modos, durante el espectáculo hablo de la fragilidad de la canción. Es que si alguno se está imaginando que con una canción, en un momento de catarsis, puede cambiar algo, eso es un absurdo. La canción lo que hace es sensibilizar, emocionar y concientizar, todo eso junto. No es poco concienciar con emoción y con sensibilidad; es importante. Que una persona de la sala se vaya con una chispita de inquietud, o incluso que tenga una discrepancia pero que le mueva su esquema psicopolítico en algo, ya es un logro, una chispita; después vendrá la llamarada de la que hablaban Julián García y Jorge Salerno. Mientras hay que se muy cautos y trabajar con paciencia. El contratiempo ha sido muy grande entre la dictadura, la postdictadura, las dificultades de avance ahora para el progresismo, que también hay que encarar, lo que hace que pensemos en un camino largo, mucho más lento que los latidos del corazón que uno siente que reclaman otros tiempos.
- Hoy mencionabas a Maslíah, y hablando de estas cosas siempre se me cruza la versión de La Muralla, puntualmente cuando se presenta alguien que no se sabe quién es, ante lo cual hay que darle a elegir entre algo bueno y algo malo, y si elige lo bueno, se plantea irónicamente, ‘es un compañero’. Eso de ver a todo frenteamplista como ‘el bueno’ por el hecho de ser frenteamplista, ha sido en cierto grado un problema, ¿no?.
- Hay siempre una idealización. Hablando de la anterior etapa, no es posible enfrentar una lucha si no se tiene una gran idealización. Si se empiezan a medir con una regla de cálculo a lo lejos, los sufrimientos posibles y lo que puede ocurrir, no se mueve un dedo. Entonces es amor, una lucha de enamorados del cambio, de otra situación posible, y tal vez en eso el amor sea ciego, porque el amor idealiza mucho y empuja a luchar, a ser clandestino, resistir, prepararse para lo que puede venir y atravesar coyunturas sumamente duras. Pero es cierto que a veces afloran otros elementos en el ser humano, que es un ser muy complejo, y puede surgir el egoísmo y el interés personal, que se pueden meter en la ideología. Por eso hay que estar muy en guardia. Pero yo siempre digo que hay reservas y hay referentes de pensamiento, como Sendic, que es un referente, como una luz, una antorcha que permite iluminar un poco el futuro porque fue un tipo decente, un tipo decente fijate, un tipo honrado. No debe haber sido perfecto, no me interesa la perfección, por ella trabajaban los nazis, o creían en eso. Yo hablo de un tipo honrado, valiente, serio, linda gente. Todo eso ilumina, son ejemplos, no estoy hablando de un museo sino de un pensamiento que quedó, un pensamiento pícaro, astuto. Todo eso va construyendo un camino, como lo construyó el Ché, que era un tipo pícaro que decía ‘al imperialismo no hay que confiarle ni un poquitito’. Era un tipo con ternura, con humor. Así lo dejaron de solo, así lo traicionaron. Después vinieron las banderas.
- e.m.m
* NdeR: el título completo es ‘La leyenda de la metamorfosis perpetua del príncipe ogro’.
martes, 16 de octubre de 2007
Un procesado por las fotos
Se trata de un sujeto de 50 años, de iniciales A.F.T., que fue en algún momento pareja de la damnificada por la cadena.
Se le tipificó “injuria especialmente agravada en concurrencia fuera de la reiteración, con un delito de violación de correspondencia".
lunes, 15 de octubre de 2007
En la nuca
No entiendo por qué no mantienen el mismo criterio cuando se les presenta la oportunidad de amplificar las revelaciones de Zabalza sobre hechos y actitudes tupamaras no conocidas públicamente hasta ahora. Ventilar, revolver y agitar ese pasado reciente parece no ser, sólo en estos casos, propio de los que viven con los ojos en la nuca.
Se me hace que el discurso parte desde un sentimiento de posible culpa, de posible complicidad o, tal vez, solamente por reconocer una actitud negligente de aquel tiempo, que en ocasiones es la peor de las complicidades. Es más: en oportunidades me llega a parecer que en cierto grado se trata de un apoyo mudo, pues ni siquiera tienen huevos suficientes para decir: "me pareció bien".
Claro, lo mismo para el otro lado. Cuando se trata de revisar, hay que dejar que te vean la mochila y que sobre ello se pueda debatir. De lo contrario estamos en las mismas que cuando hablamos de "libertad de expresión" como de "la libertad de poder decir lo que se me antoja (yo o quienes coincidan conmigo)".
sábado, 13 de octubre de 2007
sábado, 6 de octubre de 2007
viernes, 5 de octubre de 2007
lunes, 1 de octubre de 2007
Esto lo estoy tocando mañana*
Lo dijo Leonardo Haberkorn en PlanB. A mí me llevó tres entregas de columna en Florida On Line intentar decirlo, metiéndome hasta con la transversalización de las relaciones de poder de la que hablaba Foucault, y pienso que no llegué a redondear la idea. Haberkorn lo deja explícito con bastante menos dificultad (está claro), y en unas sesenta palabras. El artículo se puede leer en las páginas del matutino o yendo a http://cursosparalelos.blogspot.com/.
Convencido de que estamos hablando, desde otras estructuras y concepciones, de lo mismo o en su defecto de algo bastante parecido, voy a la búsqueda -para compartirlos- de estos párrafos de Gabo que leí hace ya bastante tiempo.
Son 'palabras pronunciadas ante la 52a. asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa SIP, en Los Angeles, U.S.A., octubre 7 de 1996', tal como detalla la página de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, que es de donde las levanto.
A una universidad colombiana se le preguntó cuales son las pruebas de aptitud y vocación que se hacen a quienes desean estudiar periodismo y la respuesta fue terminante: "Los periodistas no son artistas". Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario.
Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran. El periódico cabía entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en sentido contrario. Doy fe: a los diecinueve años -siendo el peor estudiante de derecho- empecé mi carrera como redactor de notas editoriales y fui subiendo poco a poco y con mucho trabajo por las escaleras de las diferentes secciones, hasta el máximo nivel de reportero raso. La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos, y los de aquellos tiempos lo fuimos de sobra para seguir abriéndole paso en la vida al mejor oficio del mundo - como nosotros mismos lo llamábamos.
Alberto Lleras Camargo, que fue periodista siempre y dos veces presidente de Colombia, no era ni siquiera bachiller. La creación posterior de las escuelas de periodismo fue una reacción escolástica contra el hecho cumplido de que el oficio carecía de respaldo académico. Ahora ya no son sólo para la prensa escrita sino para todos los medios inventados y por inventar. Pero en su expansión se llevaron de calle hasta el nombre humilde que tuvo el oficio desde sus orígenes en el siglo XV, y ahora no se llama periodismo sino Ciencias de la Comunicación o Comunicación Social. El resultado, en general, no es alentador.
Los muchachos que salen ilusionados de las academias, con la vida por delante, parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales, y prima un afán
de protagonismo sobre la vocación y las aptitudes congénitas. Y en especial sobre las dos condiciones más importantes: la creatividad y la práctica.ALGUNAS SELECCIONES
"Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran".
"La misma práctica del oficio imponía la necesidad de formarse una base cultural, y el mismo ambiente de trabajo se encargaba de fomentarla. La lectura era una adicción laboral. Los autodidactas suelen ser ávidos y rápidos..."
(*) Parlamento de Johnny en 'El Perseguidor', de Cortázar
¿Antel premia el hacé la tuya?
Una funcionaria que en todo caso tendría razones políticas para no hacer más que lo indispensable cuando he estado del otro lado del mostrador, me ha atendido en más de una oportunidad de tal modo que he llegado a pensar que Antel bien podría ser su negocio particular, pues responde hasta la más insistentes de las preguntas y detalla cuantas veces haga falta las caracterísiticas de un producto, dando la sensación que sufre la pérdida de cada cliente y se beneficia con el arribo de uno nuevo. Quizás por ahí va el asunto: ve a 'clientes' y no a 'usuarios'.
Tal vez mal educado por esta funcionaria, como por otras y otros notoriamente competentes y pacientes que me han tenido que soportar preguntando y dudando sobre lo que voy a hacer, llegué hoy sobre las 16:40 a realizar una consulta puntual. Retiré el número y me senté a esperar, al lado de alguien un poco más joven que yo. Cuando estábamos cerca de las 17, alguien de la casa entró y retiró un número para internarse en las oficinas, intercambiando saludos con los que, me di cuenta, eran sus compañeros de trabajo. Recién ahí el que estaba a mi lado cayó en la cuenta de que era necesario disponer de uno de esos tiques seriados para ser atendido. Fue y sacó uno del rollo, es claro que uno posterior al del funcionario, que a su vez tenía uno posterior al mío. Pensé lo que, se me ocurre, cualquier ser humano tendría que pensar ante una situación similar: el pibe está antes que yo, así que, pese a no haber sacado número, merece ser atendido antes. Le di mi 66, me lo agradeció, y me quedé con el suyo, el 68. El 67 era el del funcionario.
Llegó el turno de la que había sido mi cifra. El pibe fue, evacuó sus dudas y siguió de largo.
Cuando terminó ya me vi venir lo que pasaría, me dijeron que habían terminado con la atención (porque claro, el número del funcionario, el 67, fue sacado sobre las 17, y todo posterior no corría). Le expliqué lo ocurrido y de mi acto de sensatez (tan mínimo que ni clasifica para ser considerado 'solidario')... pero le importó poco tanto el hecho como haber estado esperando desde las 16:40, hacía ya más de media hora.. La funcionaria que tuve en desgracia me dijo que si era una consulta me la evacuaba, pero que no iba a hacer ningún trámite. Su mensaje era una suerte de "mirá que te estoy haciendo un favor"; todo lo contrario al que transmiten sus compañeros, y en especial la que tiene motivos políticos para no darme más que las respuestas indispensables pero sin embargo piensa en 'clientes' y no en 'usuarios'.
Cuando iba por la mitad de mi consulta la que me estaba haciendo el favor me tiró una respuesta, se paró y se fue a otro escritorio de la oficina, para realizar otros trámites. Le pedí que me diera su nombre y me fui, caliente como es lógico pensar. Salí cavilando acerca de si son situaciones así las que convocan al 'hacé la tuya'. En este caso: si el pibe se olvidó del número, que se joda.
Por lo que he dicho en estos párrafos (por los 'buenos funcionarios') sigo convencido que el Estado puede perfectamente 'competir' en calidad de atención con empresas privadas, pero lamentablemente siempre hay ejemplos como la que hoy me tocó en desgracia para que los afanes privatizadores se alimenten, aún de intrascendentes porquerías como las que cuento.