viernes, 29 de febrero de 2008

Eceheverría retractado; Nicolini y Paco rurales

juicio. Me ha atacado la pereza, además de la sobrecarga ocasional de laburo (que tampoco es tanto).
El caso es que no puse ni una línea sobre el juicio por ley de prensa entre el director de Desarrollo Sustentable de la IMF, Ing. Alejandro Echeverría, y el movilero de CW33 La Nueva Radio, Alejandro Ruiz Varela. Este tema en otro momento me hubiese ocupado bastante, pero ahora no.
Llegaron a un acuerdo. Echeverría, que había hecho referencia a Ruiz como "un delincuente" a través de El Heraldo, aceptó una retractación y hacerse cargo de los 10 mil pesos de los honorarios del abogado del denunciante. El desenlace sorprendió a la fiscal Alba Corral, que en tres lustros no había visto que el denunciado pagara el patrocinante del denunciante en un juicio por ley de prensa. Pero en Florida nada debe sorprender.
Tarde, me quedan sólo algunas reflexiones. Es cierto, Echeverría -lo reconoció en un brevísimo encuentro que tuvimos horas después del exabrupto mediático- no se controló en un momento de calentura y más que se pasó de la raya, rotulando a alguien con una etiqueta que no le cabe (al menos que yo sepa -estoy seguro, diría- Alejandro Ruiz no es un ningún "delincuente"), pero ante tal panorama me quedo pensando cómo podemos hacer para festejar con la misma cara "el triunfo -en otros juicios- de la libertad de expresión y de la libertad de prensa" porque fue sobreseído el periodista denunciado (haya dicho lo que haya dicho), y celebrar después por otro lado -en una instancia como ésta- "el triunfo del periodista que fue insultado"... Tal vez este último "triunfo" sea frente la libertad de expresión. No es que tenga una posición muy acabada sobre el asunto, pero se me ocurre que algo no cierra.

carné de periodista. Hace algunos días, buscando otra cuestión que después detallaré, me encontré bajo mi cama algunas Postdatas con publicidad de un programa radial llamado "Atando cabos" (Radio Nacional), espacio que conducía el entonces diputado Leonardo Nicolini. Ni me acordaba de tal programa, pero por esas cosas del destino pocas horas después de ver esas publicidades, me enteré que el hombre estaba a punto de volver al aire. Me parecía inverosímil, pero tomando en cuenta la fuente, tuve que creer. De esto hace ya un mes, pero me olvidé de postearlo (hubiese sido 'primicia'). La fuente no pudo precisarme qué era lo que ataba al grupo armenio de Radio Rural para aceptarle sí o sí la propuesta a Nicolini, ni quien estaba con 'la mosca' atrás del ex senador, pero el caso es que tenía el vistobueno de los dueños de la 610 AM para hacer uso del aire en un horario nada despreciable: después del mediodía (no es la mañana, pero está lejos de ser la madrugada). Lo cierto es que el hombre estará de lunes a viernes 'Atando Cabos' en Radio Rural, por lo que vuelve a tener 'carné de periodista'. (Ya no es primicia, porque creo que hasta se está anunciando el programa).

AgroPaco. La actividad agropecuaria está en un momento histórico. Aunque los insumos han subido en algunos casos más de un 100% (semillas sobre todo), la rentabilidad no deja de crecer. Por citar sólo algunos ejemplos muy puntuales, por un lado Australia está en una baja de existencia ovina y de la producción de lanas finas, por lo que los productores uruguayos están aprovechando al máximo para colocar todo lo posible en China a precios espectaculares; por otro lado el mercado vacuno ve el alza en los precios internacionales; los sojeros y la mayoría de los agricultores están arrendando a montos récord (lo que obliga a los criadores a prácticas más intensivas, que bienvenidas sean); los ovinos -me olvidaba- ahora también tienen para mandar carne a EEUU y casi seguro que México se sube al carro; y ningún productor lechero niega que la actual es la mejor situación del sector en la historia, con el mayor precio por litro conocido hasta ahora y los mercados que no cesan de extenderse.
Ante esta coyuntura global -que, parece, no es para nada efímera- ¿podía Paco mirar para el costado? Por supuesto que no. El hombre estaría planificando empezar a apostar cada vez más fuerte a este terreno, fundamentalmente a través de VTV. Aunque a algunos pueda sorprender, se acoplaría a Cerro Rural y hasta tendría cabida en Televisión Nacional (de un plumazo ya cuento tres canales, o cuatro, mejor dicho). Si llega a ser cierto que va a comprar el doce (La Tele), agregue una cuenta más a las vías de expansión del proyecto Paco Rural.

sábado, 23 de febrero de 2008

Acostumbrándome a perder

Haberkorn, Rolón, Perera… ¿quién sigue? Mis minutos de recreación (entiéndase en toda su acepción) parecen afectados por una suerte de virus que se va comiendo algunas de las paradas obligadas de mi ruta de escape.

A las dos promocionadas salidas, una de ellas ya referida aquí, se sumó esta semana la del matemático Gonzalo Perera, cuya pluma no estará semanalmente en Voces.

Socialista librepensador, Perera ha sido, dentro de un semanario que hasta la identificación nominal con el Frente Amplio lleva, una buena bofetada a la hemiplejia política y al ‘no hagan olas porque la plancha la estamos haciendo nosotros’. Es uno de esos sujetos que parecen haberte plagiado los argumentos antes de que se te ocurran, pensando mientras lo lees: “mirá porqué pienso lo que pienso, y eso que no se me había ocurrido”, por más absurdo que algo así pueda parecer.

Es de los que entiende que la tarea de la izquierda uruguaya es “forjar la mayor libertad y justicia para toda la sociedad, desde una perspectiva racional y solidaria”. Puede parecer un lugar común, pero lo cierto es que cuando se habla de solidaridad suelen entreverarse los tantos, mientras que libertad y justicia suenan a dos postulados universales que por gastados algunos hasta prefieren evitarlos en sus discursos. Pero reivindicarlos es necesario, como necesaria es la racionalidad que menciona.

Yo esperaba todas las semanas que Emiliano Cotelo no se dejara influir por Paco y lo convocara a las Tertulias de En Perspectiva, lo que finalmente sucedió en los últimos meses. Pero una transferencia le impide seguir jugando. Estará ahora en el directorio de Antel, y no quiere “chiflar y comer gofio al mismo tiempo. Nuevos desafíos requieren el 100% de mi tiempo”, explicó en su última columna, este jueves 21 en Voces del Frente.

Mis crisis de hemiplejia intelectual, que compensan, entre tantos, tipos como Perera o como Haberkorn, tan distantes entre ellos y tan sensatos ambos (de eso se trata, ¿no?), supongo que me estarán invadiendo más que de costumbre.

¿Una prueba escrita de los planteos de Perera?: sus referencias a ‘la isla’ cuando Voces convocó a sus columnistas a opinar sobre el traspaso de mando de Fidel a su hermano Raúl.

Vaya que son saludables comentarios así de un socialista que se considera un “enamorado de Cuba, de su música, su mezcla, su rica historia y, sobre todo, su gente. La que no hace la revolución cómodamente sentada en un sofá de Punta Carretas, sino sudando dentro de una guagua o camello, juntando agua en un balde para bañarse y haciendo malabares para conseguir ‘one dollar’ o un medicamento”.

Es saludable que un socialista cuestione: "¿Es posible que, a 46 años del triunfo revolucionario, Cuba siga siendo conducida por un mismo hombre? ¿Es posible que su sucesor sea su hermano? ¿Es posible que los plebiscitos en Cuba sean sistemáticamente aprobados por un 99% de votos? ¿Es posible aparecer en un medio de comunicación masivo en Cuba para expresar, la franca, total y absoluta discrepancia con el Comandante? ¿Es posible que los diarios parezcan folletines de propaganda y la TV una interminable mesa redonda para explicarle a la población la sabiduría de las decisiones gubernamentales? ¿Es posible que en juicios de la trascendencia del que siguieran el General Ochoa y sus allegados, la alocución de la defensa haya sido casi coincidente con lo que en otro país alegaría la fiscalía, pero jamás la defensa? (…) ¿Es razonable que el Estado tenga el derecho de obstaculizar la circulación de personas que no han cometido crimen ni falta alguna? ¿Es creíble que en un país donde las condiciones laborales no son ni perfectas ni mucho menos, no haya paros, ni protestas sindicales? ¿Es razonable que se acumulen espontáneamente cientos de miles de personas en cada espontáneo acto de masas, a los que espontáneamente se les conduce desde sus lugares de trabajo, a revolear espontáneamente la misma banderita y gritar las mismas espontáneas consignas?

Casualmente en ese mismo artículo Perera escribía: “Ojalá que el Comandante Fidel Castro recupere bien pronto toda su salud y energía. Y que la use para dar el gran paso que todo hombre político debe dar para entrar en la Historia. Retirarse voluntariamente, alentando a que nuevas generaciones profundicen lo mucho que se hizo de bueno y corrijan a tiempo todo lo que se hizo mal. ¡Que así sea y que viva Cuba!!”.

Un año y algo más tarde, prácticamente por las mismas horas en que Perera aceptaba pasar a Antel y en consecuencia renunciaba a sus columnas, Fidel avisaba su paso al costado.

Edito: claro que el 'paso al costado' fue por cuestiones de salud, y de más está decir que no fue tan 'al costado'.

domingo, 10 de febrero de 2008

Carlos Pereda y los ninguneos del exilio; Demasiada vergüenza

Ceno con Alfredo, Antonia, Pablo, Mariana y María. Juegan Gabriel y Julieta. Al calor natural de febrero, la obsesión árabe de Pablo y Alfredo le agrega el del horno a mis espaldas para un lehmeyun. Bisnietos de libaneses, suelen derivar sus conversaciones - aún sea mínimamente- en los desarraigos, en los cambios por ósmosis de los pueblos dentro de los pueblos, en el peso árabe en el castellano, en la cultura occidental y en mi comida de todos los días.
Entrada la cena, Alfredo me habla de un compañero de escuela de su padre que –‘si no digo mal’, se excusa- fue profesor en La Sorbonne. Es de apellido Pereda, y supone que es el mismo que acaba de ganar con un ensayo un premio internacional convocado por la UNAM, a lo cual estuvo dedicada una tertulia de los viernes de En Perspectiva.
No la escuché y no sé quién es, reconocí.

La vergüenza me llevó a enterarme que Juan Carlos Pereda Failache es el hermano de Susana, mi imborrable maestra de cuarto en la escuela 8.
Con 24 años, en 1968, se licenció en Filosofía y Ciencias de la Educación, y obtuvo - por su trabajo titulado “Los presupuestos de la ética kantiana”- un premio de la UNESCO por ser la mejor tesis de licenciatura otorgado por la Universidad de Nanterre. Aquí, ni enterados estaban. En 1974 se doctoró en Constanza, donde estudió becado por el gobierno alemán. Tras doctorado y maestría allí, fue profesor asistente durante tres años. Continuó desarrollándose en las mejores universidades de México, siendo actualmente uno de los más importantes profesores investigadores, según destacan diferentes páginas de ese país. Apuntan que ha realizado estancias posdoctorales en universidades de Inglaterra, Estados Unidos, España, Alemania y Argentina. Por aquí, ni enterados. Fue distinguido con la Beca Ford Foundation y la Beca Alexander von Humboldt. En 1998 obtuvo el Premio “Universidad Nacional” y en 2003 se le reconoció con la Cátedra José Gaos en la Universidad Complutense. Ni idea teníamos en Florida. Podía conocerse, en todo caso, que era el hijo de Pereda el de la tienda de Independencia y Rivera. Ni eso sabía yo, para empeorar el asunto.
Puedo seguir párrafos y párrafos, pero mis dedos, cada vez más torpes a medida que avanzo, parecen no soportar el peso de la vergüenza (aún hayan asumido la tarea de reescribir todo el post tras un corte de energía eléctrica que me hizo perder algo bastante parecido a esto, aunque más extenso).

Pereda ha avanzado todo ese camino y Uruguay (lógicamente Florida incluída), no se lo ha reconocido ni alcanzándole una silla para que se siente a descansar. Como bofetada adicional, el trabajo recientemente premiado habla sobre los aprendizajes del exilio. El filósofo piensa que “el exiliado recompone su pasado porque lo necesita”, pero “nada es para siempre en el pasado”. Florida debería temerlo, o tal vez ilusionarse con ello después de ningunearlo durante cuatro décadas.

Busco una foto de Pereda. La primera que encuentro está bajo un artículo titulado “el arte del ninguneo”. Cuestiones normales. Comí lehmeyun con dos bisnietos de libaneses de raíz árabe que cargan con su patria, mientras las ‘patrias’ (abstracción compleja si la hay, fuera de lo que delimite una frontera) pierde el hilo de quienes individualmente las alimentan, aún frente al olvido, si es que hay en realidad recuerdos que no sean individuales. Sería oportuno preguntárselo a un filósofo coterráneo, pero no sé si hay. El que menciono aquí tiene motivos de sobra para no querer sentirse tal.