Todo lleva a concluir que es cierta la antigua y poco conocida versión del origen paraguayo de los
colores rojo y blanco que identifican a Florida.
La bandera del departamento, creada en
1990, es albirroja merced a “los colores deportivos”, tal como lo admiten tanto
sus creadores como quienes participaron en el jurado que la eligió. Esos
“colores deportivos” nacieron con el fútbol en 1930, cuando la selección local
dejó de ser rojiverde para pasar a ser albirroja. Con el paso de lustros y
décadas se fueron contagiando otros deportes.
El cambio se produjo el año que la
selección guaraní jugó en Uruguay el primer mundial de fútbol. El delegado de
la comitiva paraguaya fue un floridense. Incluso muy cerca estuvo esa
selección, cuando ya había sido eliminada del certamen internacional, de viajar
a la Piedra Alta
para enfrentarse con Florida. Ya habían jugado en dos oportunidades, en 1923 y
1924. Pero no fue la última visita a esta ciudad: en 1933 la selección de
Paraguay volvió a Florida, aunque para enfrentarse a Peñarol, a beneficio del
comité pro-Cruz Roja Paraguaya que dirigía Sara Barceló de Piera.
Las gestiones para la presencia guaraní
siempre las hizo el médico paraguayo-floridense Fernando Abente Haedo, radicado
en el departamento desde el inicio de la década del ‘20 hasta su muerte, en
1964. Fue un enamorado de su tierra natal y de la adoptiva; un nieto de España
por línea paterna y del Paraguay fundacional por la materna, al grado que era
descendiente no sólo de “conquistadores” y de “héroes”, al decir de José Luis
Ardissone, sino también de la estirpe femenina depositaria y mayordoma de la Virgen de la Asunción desde el siglo
XVIII. Peleó en la guerra del Chaco y con él fue su mujer, la floridense Carmen
Urioste, como enfermera, encargándose tanto de preparar alimentos para niños
como de curar agusanadas heridas de combatientes. Abente, hijo de familias
aristocráticas de España y Paraguay, y enlazado a una de la aristocracia
uruguaya, fue sin embargo un defensor de la cultura nativa guaraní y
reivindicador del papel que jugaron los indígenas en el proceso de
independización de la primera república de la región.
************************************************
El cambio de camiseta de Florida fue en
1930 y tras el mundial de fútbol. El primer partido inmediato que tuvo Florida
después del certamen organizado y ganado por Uruguay, lo jugó con la nueva
indumentaria. El delegado de la representación paraguaya en el torneo
internacional fue, precisamente, Abente Haedo, con quien los dirigentes de la
liga local mantuvieron contactos durante el desarrollo mismo del torneo
internacional.
El médico había sido, además, representante
de la liga paraguaya ante la Confederación
Sudamericana de Fútbol. En Florida fue miembro de la Comisión de Cultura
Física, un órgano que regía a todos los deportes en las primeras décadas del
siglo XX.
La descendencia de Fernando Abente Haedo le
coloca una pieza más al puzzle: sus nietos Pedro y Fernando Dighiero Abente
explican que en el seno familiar “siempre se supo” que “la camiseta de Florida
era la de Paraguay”, y que su abuelo tenía mucho que ver con ello.
******************************
Amadeo Ortega (foto sin datos de autor) |
Nació con la designación del floridense
Gerardo Pelusso como director técnico de la selección de Paraguay, y reflotó
otro viejo proyecto, para el que ya se trabaja en la elaboración de contenidos
audiovisuales.
El disparador fue el recuerdo de una de las
versiones acerca del porqué de los colores locales, comentada a Pelusso horas
antes de su asunción. La búsqueda fue la de confirmar o refutar esta anécdota
que atravesó ocho décadas sin ser documentada (aunque sí se hace una mínima
referencia, y en condicional, en el diario El Heraldo, en el año 2000).
La conclusión, aún primaria, es intermedia.
Incluso a raíz de la investigación
surgieron “novedades”. Una de ellas es que la primera camiseta de Florida como
selección no fue necesariamente la rojiverde usada (al menos) entre 1924 y
1929, sino una negra, roja y verde: casualmente los mismos tres colores del hoy
floridense El Tanque Sisley*.
ESCAPANDO AL SACERDOCIO Y LLEGANDO A UNA
CIUDAD ICONÓDULA. La historia de los Abente en Sudamérica tiene ribetes propios
de una novela, con prólogo de un hijo de familia aristocrática española que
escapó a la vocación sacerdotal digitada por sus padres, y terminó arrastrando
a un hermano galeno al que habían enviado en su búsqueda. El encuentro con otra
familia aristocrática, pero paraguaya, y la estirpe médica, hacen también al
desarrollo atrapante de la historia. Hay párrafos continuos sobre búsquedas de nuevos
horizontes; uno de los últimos capítulos se terminó de escribir en Florida.
REFORMA DE LA LIGA Y CAMBIO DE CAMISETA.
En 1930 la Liga
de Fútbol de Florida vivió la que tal vez haya sido la reforma más trascendente
en su centenaria existencia; estatutos y reglamentos nuevos después de varios
meses de discusión; los artículos de los estatutos y del reglamento se contaban
por decenes y por cientos, respectivamente. El entonces director del liceo,
Paul F. Schurmann, presidió ese proceso que iniciaron formalmente los clubes.
Hubo también un cambio de camiseta, dejando de ser roja y verde.
Después del mundial y de una frustrada
nueva visita de la selección paraguaya a Florida, el primer partido que tuvo la
selección del renovado fútbol floridense vino con los nuevos colores: rojo y
blanco, como la camiseta de Paraguay. Durante el mundial habían mantenido
contactos con Abente Haedo, delegado de la liga de su país en el mundial.
El primer partido ‘albirrojo’ fue un
amistoso contra un combinado de “Bancarios” que llegó desde Montevideo y al que
se le ganó 4 a
0. El segundo fue el oficial, el 16 de octubre de 1930, contra la selección de
Artigas en el Campeonato Nacional. El partido fue en Belvedere, en Montevideo;
Florida ganó 7 a
0. Casualmente en el once floridense había un Pelusso; se llamaba Domingo, le
decían “Mingo”, y fue tío de Gerardo.
************************************
************************************
CLIMA NACIONALISTA. 1930 fue el año de la
celebración del centenario de la primera Constitución. El clima de
“orientalidad” y “sentimiento patriótico” se notaba por demás exaltado en las
crónicas de la época, en ocasiones incluso en las deportivas. Fue entonces que la Comisión de Centenario
lanzó la iniciativa de un escudo departamental, tras sesiones y más sesiones
que llevaban a cabo miembros de en muchos casos tradicionales familias locales.
*************************************
LAS DIFERENTES CAMISETAS DE FLORIDA. Surge
de la búsqueda un elemento más sobre la historia de los colores locales: no
necesariamente fue roja y verde la primera camiseta de la selección de Florida.
Al menos hubo una antes: roja, negra y verde, en franjas verticales y angostas.
Después de comenzar a usar la paraguaya en
1930, durante un año se vistió, a fines de esa misma década, una mitad roja y
mitad blanca, pero sólo por un año. En 1952 se resolvió cambiar el diseño,
quedando blanca con dos pequeñas franjas horizontales rojas, y una F en el
pecho. Rigió desde 1953 hasta 1962, cuando Florida volvió, en el Sur de ese
año, a jugar con la de bastones verticales. Fue ante Colonia y perdió 3 a 2. Sólo hubo una
interrupción, treinta años más tarde, cuando se intentó un degradé de rojo a
blanco, con un paso por el naranja. “No cayó muy bien en su momento”, admite
Isidro Rocca, un referente del plantel que le tocó vestirla. Al año siguiente
se retornó a la tradicional.
*********************************
Rampla cumple en 2013 su centenario, lo
mismo que la Liga
de Fútbol de Florida y que el decano local, Peñarol. Contra Peñarol jugó su
último partido en Florida la selección paraguaya. En 2013 se cumplirán 80 años
de ese encuentro amistoso y benéfico.
***********************************
Selección de Florida sub-18, enero 2011 (foto Alexis Trucido) |
La creación de la bandera tiene también una
rica historia: fue una cooperativa de trabajo de tres diseñadores integrada
además por sus respectivas novias de entonces. Después de muchos proyectos,
cada uno presentó tres (límite de cantidad de banderas que se podía presentar
por persona). El proyecto que terminó siendo ganador no había sido considerado
entre los nueve mejores de la cooperativa. Fue con el nombre de María Elsa
Echeverría. El día que recibió el premio Echeverría se encargó de destacar que
el esfuerzo fue de un grupo, nombrando a los restantes cuatro compañeros;
además de Carbajal: Mauricio Riva, Fabiana López, Alejandro Martínez y Cecilia
Barrera.
La propuesta que más les gustaba a los
diseñadores también fue la que más le agradó a alguno/s de los integrantes del
jurado, pero no prosperó porque, además del rojo y blanco, tenía una apuesta al
azul.
**************************************
“Su corazón vibraba en Uruguay con
resonancia de arpa paraguaya”, dice el artículo del diario El Heraldo que
informó de la muerte de Abente Haedo, en 1964. Un pequeño acercamiento a la
figura de este médico logrado en estos meses a través de lecturas y
entrevistas, permite suscribir a la frase. Incluso era 'literalmente' así. “Un
día a la casa de Atlántida llegó de sorpresa un grupo paraguayo. Apenas sintió
sonar el arpa, al doctor se le empezaban a caer las lágrimas”, narró Lila
Martínez.
*************************************
**********************************
VINO HASTA ESTIGARRIBIA, Y “FUE UN PUEBLO A
RECIBIRLO”. Aunque no necesariamente parecía cultor de un perfil alto, el peso
social de Fernando Abente Haedo tanto en su tierra adoptiva como en la natal, y
sus vínculos con los más relevantes actores de su Paraguay contemporáneo, no
sólo significaron que a Florida llegara la selección de Fútbol en tres
ocasiones. Se puede detallar un rosario de elementos de otros ámbitos. Un
ejemplo: también llegó a la
Piedra Alta el mayor José Félix Estigarribia, considerado
héroe de la guerra del Chaco en su país. La visita de Estigarribia fue en 1936.
“Fue un pueblo a recibirlo, a unos diez kilómetros de Florida”, recuerda Nené
Piera. Ella fue la elegida para recitar palabras de bienvenida a los huéspedes,
entregándole un ramo de flores a la esposa de Estigarribia, Julia Miranda. Ese
mismo año se inauguró en la ciudad la plaza Paraguay. Estigarribia y su esposa
murieron en 1940, durante la presidencia del mismo, en lo que se supone fue un
accidente aéreo.
* Si bien los colores predominantes de El
Tanque son verde y negro, el rojo también está presente, y no sólo en su escudo
sino también en su indumentaria. Milton Codesal, socio fundador del club,
explicó que la intención de colocar el rojo tuvo que ver con la simpatía que
prácticamente todos los creadores de El Tanque tenían, en básquetbol, hacia
Aguada, de camiseta roja y verde.
Agradecimientos: El inicio de esta
investigación ha sido posible gracias a la invalorable colaboración de muchas
personas. Agradezco especialmente a José Monti y a Alicia Wallerstein, y en
ella a todas las amables funcionarias de la Biblioteca Municipal ;
a funcionarios de la
Biblioteca Nacional (¡aunque no se enteren!); a Alexis
Trucido, Edgardo Ariel Ferreyra, Guillermo Montaño, Gerardo Pelusso; y a todas
las personas que han sido consultadas o entrevistadas en el proceso de la
investigación, y que por razones de extensión no se incluyen aquí. Por sobre
todas las cosas, gracias (y perdón) a Patricia y a Julieta, que son las que
sufren las horas dedicadas a esta tarea.
Fuente: Entrevistas
varias del autor; colección de diarios El Pueblo,