martes, 4 de diciembre de 2012

Floridá; los colores de Paraguay


Todo lleva a concluir que es cierta la antigua y poco conocida versión del origen paraguayo de los colores rojo y blanco que identifican a Florida.
La bandera del departamento, creada en 1990, es albirroja merced a “los colores deportivos”, tal como lo admiten tanto sus creadores como quienes participaron en el jurado que la eligió. Esos “colores deportivos” nacieron con el fútbol en 1930, cuando la selección local dejó de ser rojiverde para pasar a ser albirroja. Con el paso de lustros y décadas se fueron contagiando otros deportes.
El cambio se produjo el año que la selección guaraní jugó en Uruguay el primer mundial de fútbol. El delegado de la comitiva paraguaya fue un floridense. Incluso muy cerca estuvo esa selección, cuando ya había sido eliminada del certamen internacional, de viajar a la Piedra Alta para enfrentarse con Florida. Ya habían jugado en dos oportunidades, en 1923 y 1924. Pero no fue la última visita a esta ciudad: en 1933 la selección de Paraguay volvió a Florida, aunque para enfrentarse a Peñarol, a beneficio del comité pro-Cruz Roja Paraguaya que dirigía Sara Barceló de Piera.
Las gestiones para la presencia guaraní siempre las hizo el médico paraguayo-floridense Fernando Abente Haedo, radicado en el departamento desde el inicio de la década del ‘20 hasta su muerte, en 1964. Fue un enamorado de su tierra natal y de la adoptiva; un nieto de España por línea paterna y del Paraguay fundacional por la materna, al grado que era descendiente no sólo de “conquistadores” y de “héroes”, al decir de José Luis Ardissone, sino también de la estirpe femenina depositaria y mayordoma de la Virgen de la Asunción desde el siglo XVIII. Peleó en la guerra del Chaco y con él fue su mujer, la floridense Carmen Urioste, como enfermera, encargándose tanto de preparar alimentos para niños como de curar agusanadas heridas de combatientes. Abente, hijo de familias aristocráticas de España y Paraguay, y enlazado a una de la aristocracia uruguaya, fue sin embargo un defensor de la cultura nativa guaraní y reivindicador del papel que jugaron los indígenas en el proceso de independización de la primera república de la región.

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El cambio de camiseta de Florida fue en 1930 y tras el mundial de fútbol. El primer partido inmediato que tuvo Florida después del certamen organizado y ganado por Uruguay, lo jugó con la nueva indumentaria. El delegado de la representación paraguaya en el torneo internacional fue, precisamente, Abente Haedo, con quien los dirigentes de la liga local mantuvieron contactos durante el desarrollo mismo del torneo internacional.
El médico había sido, además, representante de la liga paraguaya ante la Confederación Sudamericana de Fútbol. En Florida fue miembro de la Comisión de Cultura Física, un órgano que regía a todos los deportes en las primeras décadas del siglo XX.
La descendencia de Fernando Abente Haedo le coloca una pieza más al puzzle: sus nietos Pedro y Fernando Dighiero Abente explican que en el seno familiar “siempre se supo” que “la camiseta de Florida era la de Paraguay”, y que su abuelo tenía mucho que ver con ello.

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Amadeo Ortega (foto sin datos de autor)
 Estas son las conclusiones primarias de una investigación que no necesariamente está cerca de cerrarse. Incluso, aunque ya la descendencia de Fernando Abente Haedo haya indicado en esta etapa del proceso que en la familia se sabía del origen de la camiseta floridense, el trabajo del que se comparten estas conclusiones preliminares, y por ende refutables, recién comenzó.
Nació con la designación del floridense Gerardo Pelusso como director técnico de la selección de Paraguay, y reflotó otro viejo proyecto, para el que ya se trabaja en la elaboración de contenidos audiovisuales.
El disparador fue el recuerdo de una de las versiones acerca del porqué de los colores locales, comentada a Pelusso horas antes de su asunción. La búsqueda fue la de confirmar o refutar esta anécdota que atravesó ocho décadas sin ser documentada (aunque sí se hace una mínima referencia, y en condicional, en el diario El Heraldo, en el año 2000).
La conclusión, aún primaria, es intermedia.
Incluso a raíz de la investigación surgieron “novedades”. Una de ellas es que la primera camiseta de Florida como selección no fue necesariamente la rojiverde usada (al menos) entre 1924 y 1929, sino una negra, roja y verde: casualmente los mismos tres colores del hoy floridense El Tanque Sisley*.
ESCAPANDO AL SACERDOCIO Y LLEGANDO A UNA CIUDAD ICONÓDULA. La historia de los Abente en Sudamérica tiene ribetes propios de una novela, con prólogo de un hijo de familia aristocrática española que escapó a la vocación sacerdotal digitada por sus padres, y terminó arrastrando a un hermano galeno al que habían enviado en su búsqueda. El encuentro con otra familia aristocrática, pero paraguaya, y la estirpe médica, hacen también al desarrollo atrapante de la historia. Hay párrafos continuos sobre búsquedas de nuevos horizontes; uno de los últimos capítulos se terminó de escribir en Florida.
REFORMA DE LA LIGA Y CAMBIO DE CAMISETA. En 1930 la Liga de Fútbol de Florida vivió la que tal vez haya sido la reforma más trascendente en su centenaria existencia; estatutos y reglamentos nuevos después de varios meses de discusión; los artículos de los estatutos y del reglamento se contaban por decenes y por cientos, respectivamente. El entonces director del liceo, Paul F. Schurmann, presidió ese proceso que iniciaron formalmente los clubes. Hubo también un cambio de camiseta, dejando de ser roja y verde.
Después del mundial y de una frustrada nueva visita de la selección paraguaya a Florida, el primer partido que tuvo la selección del renovado fútbol floridense vino con los nuevos colores: rojo y blanco, como la camiseta de Paraguay. Durante el mundial habían mantenido contactos con Abente Haedo, delegado de la liga de su país en el mundial.
El primer partido ‘albirrojo’ fue un amistoso contra un combinado de “Bancarios” que llegó desde Montevideo y al que se le ganó 4 a 0. El segundo fue el oficial, el 16 de octubre de 1930, contra la selección de Artigas en el Campeonato Nacional. El partido fue en Belvedere, en Montevideo; Florida ganó 7 a 0. Casualmente en el once floridense había un Pelusso; se llamaba Domingo, le decían “Mingo”, y fue tío de Gerardo.

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LA CASA EN MONTEVIDEO, UN ‘HOTEL’ PARA PARAGUAYOS. Fernando Abente Haedo tenía casa y campo en Florida, pero también en Atlántida y en Montevideo, en el barrio Pocitos. Allí solía recibir mucha gente, ya que las dimensiones lo permitían. Para imaginarla quizás alcance señalar que tenía ocho baños. Las delegaciones deportivas paraguayas, fuesen seleccionados o clubes, “se quedaban siempre allí”, cuenta Lila Martínez, que por más de tres lustros trabajó junto al médico. Abente no sólo fue dirigente del fútbol paraguayo; también lo fue del básquetbol. En Florida “era socio de todos, pero absolutamente de todos, sean clubes de fútbol, de básquetbol o de lo que sea. Todos pasaban siempre a cobrar porque él era socio”, recuerda Martínez.
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CLIMA NACIONALISTA. 1930 fue el año de la celebración del centenario de la primera Constitución. El clima de “orientalidad” y “sentimiento patriótico” se notaba por demás exaltado en las crónicas de la época, en ocasiones incluso en las deportivas. Fue entonces que la Comisión de Centenario lanzó la iniciativa de un escudo departamental, tras sesiones y más sesiones que llevaban a cabo miembros de en muchos casos tradicionales familias locales.

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LAS DIFERENTES CAMISETAS DE FLORIDA. Surge de la búsqueda un elemento más sobre la historia de los colores locales: no necesariamente fue roja y verde la primera camiseta de la selección de Florida. Al menos hubo una antes: roja, negra y verde, en franjas verticales y angostas.
Después de comenzar a usar la paraguaya en 1930, durante un año se vistió, a fines de esa misma década, una mitad roja y mitad blanca, pero sólo por un año. En 1952 se resolvió cambiar el diseño, quedando blanca con dos pequeñas franjas horizontales rojas, y una F en el pecho. Rigió desde 1953 hasta 1962, cuando Florida volvió, en el Sur de ese año, a jugar con la de bastones verticales. Fue ante Colonia y perdió 3 a 2. Sólo hubo una interrupción, treinta años más tarde, cuando se intentó un degradé de rojo a blanco, con un paso por el naranja. “No cayó muy bien en su momento”, admite Isidro Rocca, un referente del plantel que le tocó vestirla. Al año siguiente se retornó a la tradicional.

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LA QUE DEJÓ Y LA QUE TOMÓ. Las casualidades se acumulan en el proceso de investigación. Una de ellas tiene que ver con los dos importantes partidos amistosos que la selección de Florida finalmente vio frustrados, entre el desarrollo del Mundial jugado en Montevideo y el inicio del campeonato nacional, que también se llevó a cabo en la capital del país. El primero fue contra Paraguay y el segundo contra Rampla; casualmente los colores que dejó Florida y los que empezó a vestir.
Rampla cumple en 2013 su centenario, lo mismo que la Liga de Fútbol de Florida y que el decano local, Peñarol. Contra Peñarol jugó su último partido en Florida la selección paraguaya. En 2013 se cumplirán 80 años de ese encuentro amistoso y benéfico.

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Selección de Florida sub-18, enero 2011 (foto Alexis Trucido)
LA BANDERA CON LOS COLORES, AUNQUE NO FUESE LA MÁS LINDA. Lo que no es casualidad es que los colores de la bandera de Florida sean los mismos que los de la camiseta de la selección floridense de fútbol. Cuando ésta se definió pesaron “los colores deportivos”, tal como explicó José Pedro Galain, jurado por el gobierno departamental en el concurso al que llamó la Junta en el año 1990. En el llamado se sugería esa búsqueda, y así lo tomó en cuenta, según lo narró él mismo, Carlos María Carbajal, creador el diseño que terminó siendo el ganador.
La creación de la bandera tiene también una rica historia: fue una cooperativa de trabajo de tres diseñadores integrada además por sus respectivas novias de entonces. Después de muchos proyectos, cada uno presentó tres (límite de cantidad de banderas que se podía presentar por persona). El proyecto que terminó siendo ganador no había sido considerado entre los nueve mejores de la cooperativa. Fue con el nombre de María Elsa Echeverría. El día que recibió el premio Echeverría se encargó de destacar que el esfuerzo fue de un grupo, nombrando a los restantes cuatro compañeros; además de Carbajal: Mauricio Riva, Fabiana López, Alejandro Martínez y Cecilia Barrera.
La propuesta que más les gustaba a los diseñadores también fue la que más le agradó a alguno/s de los integrantes del jurado, pero no prosperó porque, además del rojo y blanco, tenía una apuesta al azul.

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“Su corazón vibraba en Uruguay con resonancia de arpa paraguaya”, dice el artículo del diario El Heraldo que informó de la muerte de Abente Haedo, en 1964. Un pequeño acercamiento a la figura de este médico logrado en estos meses a través de lecturas y entrevistas, permite suscribir a la frase. Incluso era 'literalmente' así. “Un día a la casa de Atlántida llegó de sorpresa un grupo paraguayo. Apenas sintió sonar el arpa, al doctor se le empezaban a caer las lágrimas”, narró Lila Martínez.

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LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN. Los colores rojo y blanco también son los predominantes en la bandera de Asunción, o “Nuestra Señora Santa María de la Asunción”. Ése es el nombre completo de la capital paraguaya, en referencia a la primera patrona del país en la tradición católica: la “Virgen de la Asunción”. Su festividad es el 15 de agosto, fecha que encontraba siempre a Fernando Abente Haedo y a su esposa, Carmen Urioste, en tierra guaraní. Viajaban con tiempo porque Carmen ayudaba a preparar la imagen para la celebración, algo que venía de generaciones atrás en la familia de su marido. Por tradición de ascendencia, doña María Haedo Machaín de Abente, la madre de Fernando, era “depositaria y mayordoma” de la virgen, tarea que mujeres de la misma raíz familiar cumplen desde mediados del siglo XVIII a la actualidad.

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VINO HASTA ESTIGARRIBIA, Y “FUE UN PUEBLO A RECIBIRLO”. Aunque no necesariamente parecía cultor de un perfil alto, el peso social de Fernando Abente Haedo tanto en su tierra adoptiva como en la natal, y sus vínculos con los más relevantes actores de su Paraguay contemporáneo, no sólo significaron que a Florida llegara la selección de Fútbol en tres ocasiones. Se puede detallar un rosario de elementos de otros ámbitos. Un ejemplo: también llegó a la Piedra Alta el mayor José Félix Estigarribia, considerado héroe de la guerra del Chaco en su país. La visita de Estigarribia fue en 1936. “Fue un pueblo a recibirlo, a unos diez kilómetros de Florida”, recuerda Nené Piera. Ella fue la elegida para recitar palabras de bienvenida a los huéspedes, entregándole un ramo de flores a la esposa de Estigarribia, Julia Miranda. Ese mismo año se inauguró en la ciudad la plaza Paraguay. Estigarribia y su esposa murieron en 1940, durante la presidencia del mismo, en lo que se supone fue un accidente aéreo.



* Si bien los colores predominantes de El Tanque son verde y negro, el rojo también está presente, y no sólo en su escudo sino también en su indumentaria. Milton Codesal, socio fundador del club, explicó que la intención de colocar el rojo tuvo que ver con la simpatía que prácticamente todos los creadores de El Tanque tenían, en básquetbol, hacia Aguada, de camiseta roja y verde.

Agradecimientos: El inicio de esta investigación ha sido posible gracias a la invalorable colaboración de muchas personas. Agradezco especialmente a José Monti y a Alicia Wallerstein, y en ella a todas las amables funcionarias de la Biblioteca Municipal; a funcionarios de la Biblioteca Nacional (¡aunque no se enteren!); a Alexis Trucido, Edgardo Ariel Ferreyra, Guillermo Montaño, Gerardo Pelusso; y a todas las personas que han sido consultadas o entrevistadas en el proceso de la investigación, y que por razones de extensión no se incluyen aquí. Por sobre todas las cosas, gracias (y perdón) a Patricia y a Julieta, que son las que sufren las horas dedicadas a esta tarea.
Fuente: Entrevistas varias del autor; colección de diarios El Pueblo, La Voz de Florida, El Heraldo, El Deportivo, La Tarde, La Antorcha, La Idea, El Deber, y otros. Libro “Juegos y Deportes” – Florida 1880-1920 (José Monti, colección “Florida Nuestra”, grupo Identidad); cronología de Nina Riva; cronología y apuntes de Eduardo Díaz Maubrigade; cronología y apuntes de José Monti; cronología anónima sobre Fernando Abente Haedo (posiblemente de Wilson Monti o de Eduardo Díaz); Folleto “116 años de historia del periodismo escrito en Florida” elaborado por Eduardo Díaz y publicado por El Heraldo en sus 75 años; diario Última Hora de Paraguay; trabajos de José Luis Ardissone, ‘a mis 95’, María Amelia López Soliño; y Portal Guaraní en base a Breve historia de grandes hombres, de Luis G. Benítez.

martes, 17 de abril de 2012

Credibilidad vendida

(texto publicado en www.floridaonline.com.uy)

Este espacio no es publicidad. Podría TENER publicidad, que es algo muy diferente a SER publicidad. Ninguna empresa lo está pagando para que indique las aparentes cualidades de tal o cual producto, comprobadas o no científicamente.
No tendría que anticiparlo. Es un espacio de opinión, se presentará como tal y se leerá como tal. Con la publicidad debe pasar lo mismo. Debe ser presentada diferente, y el lector podrá darse cuenta que es publicidad y no un fragmento normal de la publicación o programa. Pero no siempre ocurre, y Florida es un buen ejemplo de ello.
Los manuales de ética y estilo que editan los medios más prestigiosos del planeta, tienen en sus líneas básicas la separación de la publicidad con respecto a la información. Incluso la opinión diferenciada de la información. Deberá ser presentada una de manera notoriamente diferente a la otra. Distinta diagramación, formato, tipografía, y en el caso de la opinión, que se puede asemejar a la información, agregar el anticipo sobre la columna en cuestión.
Es frecuente que un informativo pase, con el mismo rigor que la nota sobre la pesada denuncia de un edil de la oposición, el sorteo de una licuadora en un comercio céntrico. O que se haga algo muy parecido en medio de un programa que se autoproclama periodístico. O lo que es peor aún: que alguien que practica una turbia ciencia sea periódicamente entrevistado/a (pago del espacio, mediante) para convencer a desesperados pacientes sobre las propiedades casi mágicas de la alternativa medicación que, casualmente, el mismo entrevistado comercializa. Todo sin ser muy diferente a las soluciones que, en una entrevista similar, un candidato a tal o cual espacio de poder propone para erradicar los peores problemas que afectan la institución a la cual se postula.
En el mejor de los casos, el medio confía que su público decodificará con claridad que una es una entrevista paga y la otra no. Pero no es así. Ni existe tal decodificador en la mayor parte del público, ni existe ‘mejor de los casos’, porque la intención inicial es, precisamente, que ‘parezca una entrevista más’-
¿Por qué no creer que el candidato que es entrevistado accedió a tal espacio habiendo pagado, como el ‘científico-comerciante’? ¿Por qué no creer que se le da lugar a la pesada denuncia del edil por haber pagado, tal como el comercio que sorteó la licuadora?
Por eso, lo del principio: un espacio puede TENER publicidad, que la necesita para ser redituable, pero no SER publicidad. Es de cajón aclararlo cuando lo es, sino lisa y llanamente estará mintiendo, ocultando, engañando.
Es más. Las mismas empresas y los mismos periodistas que propagan lo anterior, aceptan como una regla lógica el no informar acerca de nada que pueda afectar al avisador, o construir su agenda a partir de éstos.
El capital del periodismo, uno supone, es la credibilidad, que se gana en base a la transparencia. Pero los mejores negociantes del periodismo saben que, para que sea un buen negocio, es necesario prescindir de ella a costillas del público.

Antiguo aporte complementario:

miércoles, 28 de marzo de 2012

Liderazgo en deuda

Aparente deuda por aportes monetarios establecidos por el Estatuto deja a Giachetto sin candidatura a la presidencia del FA

Tal vez sin quererlo, el liderazgo que el FA local no admite y su titular no termina de asumir, resultó herido este fin de semana.
Pero al mismo tiempo la coalición de izquierdas dio uno de sus mejores impulsos en el último lustro. Todo puede ocurrir simultáneamente.
Hay autores que defienden la idea de los partidos políticos como colectivos que se institucionalizan para aspirar a cargos. Suena duro, pero en los hechos los partidos son tales para poder someterse a elecciones y aspirar a ocupar espacios de poder. La aspiración de acceder al gobierno departamental parece inevitablemente ligada, para el FA local, a la figura de Juan Francisco Giachetto. No hay otro dirigente de su envergadura en aspiraciones electorales para la izquierda vernácula.
Culturalmente a los militantes de corte sesentista de la izquierda uruguaya les cuesta asumir que pueden estar sometidos a liderazgos. Por lo variopinto de la génesis del FA, quizás; por tener esta fuerza entre sus sectores a históricos partidos de masas, tal vez; por concebir la realidad desde una perspectiva aparentemente horizontal (pero que termina idolatrando a Chávez o a Fidel, que, claro, están lejos y afectan a otros), a los frenteamplistas por tradición, que son los que terminan haciendo su cuerpo dirigencial, el que no se amilana ni huye ante horas y horas de reuniones, plenarios y discusiones, les cuesta aceptar que, en la lógica de partidos formados para aspirar a cargos, un líder puede ser alguien de quien se dependa en un altísimo porcentaje en términos electorales desde la estructura hacia fuera.
Más complejo es que se acepte que ese líder sea quien llegó a una candidatura a la Intendencia, y ganó, desde una ‘aspiración política naciente’. Si bien pudo existir conexión previa con el FA, Giachetto, en los hechos, un día salió de su trabajo para ser candidato, sin ser un cuadro de la estructura ni contar con su carnet de ‘militante que la pasó mal durante la dictadura y que se comió horas y horas de reuniones y comité’. No. Él salió de la radio, caminó por Barreiro una cuadra y media, y pasó a ser el candidato más importante que haya tenido el FA local en toda su existencia. Y asumir que ése, así, pueda ser un líder, para el frenteamplista de corte sesentista es cosa complicada. Peor aún cuando, en los hechos, Giachetto demostró no ser ‘orgánico’, algo que resulta obvio si se toma en cuenta que no proviene de la orgánica.
Sin embargo, alcanza con entrar a una reunión de frenteamplistas y ver las caras de esos dirigentes cuando Giachetto habla. No hace falta pintarle al ex intendente un haz de luz ni pasar a parábolas su prédica. Las miradas perdidas, los ojos brillosos, las cabezas inclinadas como suspendidas en un clima de divinidad, surgen por ellas mismas y hacen a la escena.
La conexión ideal no ha sido posible porque, además, a Giachetto le ha costado asumir ese liderazgo, alimentarlo y regarlo. Se ha cuidado de los vicios de la exposición diaria quedándose en su lecho, descansando, lo que es necesario, pero no puede ser eterno.
Fraternidad Frenteamplista Floridense (3F),más acostumbrada a la lógica de los partidos ‘profesionales electorales’ que a la de los ‘burocráticos de masas’ que pululan en las aguas de la estructura del FA, planteó que Giachetto sea candidato a la presidencia de la fuerza en el departamento. El apoyo del resto sería innegable, pero la valla llegó desde punto más inesperable: una deuda. Un reclamo que, por impulso de un sector, desde Finanzas del FA le hacen por lo que entienden es una deuda en sus aportes porcentuales a la retribución como intendente, terminó por hacer “bajar” en la Mesa Política el nombre del ex jefe comunal como precandidato. Igual así 3F insistió el día del Plenario, y puso en un brete a todos. Pero luego de una dilatada y acalorada discusión, la propuesta volvió a caer.


Tras esto, nada será lo mismo. La conexión ‘posible líder-posibles liderados’, que de por sí venía compleja, salió herida.


Pero paralelamente el FA se ganó un partido a sí mismo. El candidato elegido es una potencial solución al mayor problema de la coalición como oposición de turno: la carencia de interlocutores válidos, de peso, con una imagen respetable desde fuera del FA, con un mensaje político claro y sólido, y con capacidad de conducción.
Daniel Ayala, que imprimió con más cintura que recursos una gestión bisagra en Cultura de la comuna, resulta una figura querible, además de querida, que difícilmente vaya a caer en un discurso parco, monótono y semivacío cuando sea requerido a representar oralmente la posición del Frente Amplio local ante un tema puntual. Es inimaginable en escenas infantiles que descuiden públicamente la imagen de dirigentes o ediles, y ha estado al frente de un sindicato de peso en momentos en los que se requirió acciones concretas y señales claras, pero por sobre todo: sensatas. Algo así, se supone, le hacía falta al FA.

viernes, 16 de marzo de 2012

Agrotóxicos en el verdetero (¿con anuencia de la Intendencia Departamental de Florida?)

El director de Higiene, Dr. Jaime Peña, relativizó una denuncia de enterramiento de agrotóxicos en el vertedero municipal.
Sucedió el jueves 15 a la mañana en el programa Punto de Referencia (105.5 MPiedra Alta)

Sugirió estar al tanto del hecho, aunque no estaba enterado “de forma concreta” u “oficial”, según apuntó. Lejos de mostrarse alarmado o de poder iniciar una investigación, en todo caso se indagó acerca de si serían o no “contaminantes” las sustancias enterradas. Insistió en que “hay un problema genérico” y navegó por un difuso mar de retóricas que no llegaron a complacer ninguna de las interrogantes que Oscar Enrique Balzaretti le planteaba desde estudios, mientras el director de la Intendencia estaba en el móvil junto a Jorge Pérez Núñez.
Llegó a decir que también se llevaban garrafas al vertedero, lo cual, junto a lo de las tarrinas de agrotóxicos, despertó la lógica duda de quien lo entrevistaba: ¿los propios funcionarios del basurero no están, entre otras cosas, para evitar esto? (a lo que yo agregaría: mal podrían venir en los camiones de la recolección!!). Las respuestas no aparecieron. Las retóricas fueron del grado: “sería fácil sacar las tarrinas”, pero “yo estoy apostando a la planificación y la implementación del servicio”.

La entrevista ya había arrancado atravesada, cuando Peña dijo que no tenía más información que por la prensa acerca de la investigación administrativa que la Intendencia estaba haciendo por el registro de horas extras de una empresa en el vertedero ((al final del audio se retoma el asunto)).

Además por momentos roza lo bizarro, con puntos cumbres en este sentido del grado de: “como dijo aquel señor de todo el mundo, aquel que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. 


miércoles, 22 de febrero de 2012

Predispuestos (no me gustan las instituciones)

El lunes sobreviví al carnaval de La Pedrera. Me avisaron por todas partes que no tenía que hacerlo, pero fui. Una locura. Haberse visto, unas 25 mil personas interactuando en una recta de menos de un kilómetro, con el destacamento de la seccional policial vallado, con carencia de 'hombres del orden' uniformados y con lo que generan desinhibidores como el alcohol y otras drogas. Había tanta gente como población tienen muchas ciudades del interior del país. Todos los habitantes dispuestos en una misma recta, alcoholizados en su inmensa mayoría, sufriendo y generando continuos roces, mojaduras o 'ataques de espuma'.

La previa era con la noticia de un fallecido en un accidente de tránsito, generado por un conductor ebrio, que declaró ir "practicando juegos sexuales". La culpa era, supongo, del carnaval de La Pedrera. 

No vi un solo desmán. Sé que los hubo, y que fueron neutralizados por la policía. Vi gente 'pasada', pero de fiesta. Es impensable. Habría que ver en unas diez horas cuántas personas llegan a la emergencia del hospital de cualquiera de las ciudades del interior que tienen entre 20 mil y 30 mil habitantes, y con qué tipo de lesiones. Esa cifra tomarla sin pensar que está toda esa ciudad abarrotada en menos de un kilómetro, interactuando, rozándose, empapándose, y con casi la totalidad de la población bajo los efectos del alcohol y/u otras drogas (me asombra cómo en 2012 trabajadores de prensa siguen hablando en sus crónicas de "alcohol o drogas", excluyendo al primero del grupo de las segundas). Lo mismo con las seccionales policiales de esas ciudades: ¿cuántas actuaciones tienen a diario?.


Sería oportuno preguntarle a alguien que trabaje en estadísticas cuál sería el nivel de probabilidad de desmanes, con tanta gente en tan poco espacio y en tales condiciones.

Supongo, entonces, que ganó la predisposición a divertirse. Mucha predisposición para divertirse hay que tener para ir en barra todos disfrazados de Pitufos, o de policías, de presos, ángeles, vikingos o de lo que fuese, con tamañas producciones, y neutralizando simplemente con la fiesta cualquier intento de frustrar la alegría en desmanes.

El mensaje de este carnaval es un problema: algo es posible, se cristaliza, autoconvocado, sin la participación de la institucionalidad, y sale bastante bien.  Mejor que en muchos otros lugares, y con la particularidad de que no hay lugar para espectadores: es un carnaval en el cual, salvedad de los comerciantes (que en su mayoría aportan con atuendos y arreglos temáticos en las barras), todos son participantes directos, desde la pista.
Que algo casi anárquico no sea una debacle, es un mensaje inquietante, me imagino.

Como toda la previa fue de alerta de debacle, y la debacle no ocurrió, quienes estuvimos en la fiesta acudimos atónitos, pero sin negar una sonrisa irónica, a los informes de los medios nacionales mostrando los vestigios de la celebración, no muy diferentes a los de cualquier fiesta de la que participan más de 20 mil sujetos, pero en este caso presentados tales vestigios como alguno de los anillos del infierno que Dante atravesó en La Divina Comedia.

Sensato apareció un día después el jefe de Policía de Rocha, Oscar Miraballes, bajando tres cambios a la conmoción de lo que pudo haber ocurrido. Los medios no se rindieron. No cesaron con la idea de descontrol y posible tragedia, mientras anunciaban lo genial del carnaval de Melo, con Zaira Nara, anunciada por un cronista que resaltó todos sus atributos y lo exultantes que estaban los arachanes ante la modelo que, no perdieron oportunidad de mostrar, en medio del desfile se agachó para saludar al intendente Sergio Botana.

viernes, 17 de febrero de 2012

Ajustando un par de tuercas sobre la designación de Sebastián Navarro en Talleres de la IDF

Hay dos conceptos que suelen confundirse en el periodismo: honestidad e independencia. Se puede ser absolutamente independiente y poco honesto; como dependiente y honesto, al admitirse dependiente; como honesto e independiente simultáneamente; y finalmente, la más corriente, dependiente y deshonesto.
Las libertades y capitales del periodismo han quedado reducidas, lamentablemente, a las empresariales, pero no se debe renunciar a que lo sea lo menos posible. El capital del periodismo debe ser la credibilidad, y perderla tendría que ser fatídico. Lamentablemente esto no es así para buena parte de la población.

Que un medio esté ligado a un gobierno y oculte información indiscutiblemente trascendente para que el lector saque conclusiones, es algo que en ocasiones, por reiterado, ya no merece que uno se detenga a analizarlo para ubicarlo en alguna de las anteriores casillas. Incluso excede ya cualquier debate sobre la ética periodista. Ayer, por ejemplo, el diario local El Heraldo se extendió sobre la designación de Sebastián Navarro para Talleres de la IDF. Dio a conocer su currículum, sus antecedentes, pero obvió señalar con clara intencionalidad que se trataba del esposo de la secretaria general de la Intendencia, Macarena Rubio.

Y se me ocurre apuntarlo como preámbulo a una aclaración. Hasta hace relativamente poco tiempo estuve vinculado familiarmente con ellos (con Navarro y Rubio). Y esos vínculos no se deshacen de un día para el otro, por lo cual, afectivamente sigo estando ligado (al punto que les debo aún un asado, y tengo por devolverle a Sebastián un traje!!).
Esos vínculos no me han pesado para señalar manejos de la Intendencia en cuanto a contrataciones, actos de gobierno, etc, como tampoco me han pesado otros más directos para opinar acerca de la inoperancia de la bancada de ediles del FA, siendo mi padre curul de esa fuerza política.

Al grano. La designación en cuestión tiene varias aristas, y posibilitan confirmar otra vez la habilidad de Enciso para resolver mucho con un solo movimiento. Por un lado, en lo netamente operativo, reafirma la idea de que no por tener conocimientos en mecánica se asegurará una buena gestión. Le pasó a Juan Francisco Giachetto. Precisamente, con alguien formado en materia de recursos humanos, con experiencia en cadenas de mando rígidas y fundamentalmente en sistemas de compras, Enciso avanza tres casilleros en materia de gestión en Talleres.
Pero hay otras dimensiones. Aparece también como 'movida' oportuna en momentos de apuesta a la interminable promesa (que se ha dado administración tras administración) de un parque industrial en Florida, habiendo logrado la cesión de un predio de la Fuerza Aérea. Le sirve a Enciso el tener este 'puente constante' entre la comuna y el Ministerio de Defensa (de donde proviene Navarro), otorgándole además la responsabilidad de "generar toda la estructura logística del parque, del nexo con el ministerio", como señaló el intendente en conferencia.

Pero hay más. La designación del marido de la secretaria general en momentos en los cuales se agitan las aguas de la interna blanca y al intendente se le puede estar complicando encolumnar a sus ediles y dirigentes, puede ser leída también como "un mensaje fuerte hacia adentro", diciendo que "responde a quien le es fiel", tal como me apuntó ayer alguien que fue funcionario de particular confianza en el gobierno departamental del FA.
Al comienzo de la administración, Enciso había dado señales similares, al nutrir su gabinete en puestos neurálgicos sin pagar por peso electoral en la interna, sino por ecuación confianza y conocimiento técnico. La designación de Rubio es un buen ejemplo, habiendo obtenido menos de trescientos votos en las internas de 2009. Fue una buena manera de recordar que él era quien tenía la abrumadora mayoría blanca, y que si bien dependía de todos, el timón y el barco eran suyos.

Estas líneas las motivan las objeciones de la oposición a la designación de Navarro estrictamente por ser el marido de la secretaria general. Es claro que puede dar lugar a la desconfianza que suele explicarse con aquello de "el bosque es grande y siempre son los mismos osos". Pero la historia demuestra que en la actividad política a la hora de confiar más, el ser humano apunta frecuentemente a sus vínculos más cercanos. En este caso, relación de amistad mediante, está el hecho de ser un vínculo familiar de una de sus funcionarias de máxima confianza, además de tener quizás los mayores méritos en currículum si se lo compara con quienes lo antecedieron desde el pasado inmediato hasta varios lustros atrás, fundamentalmente cuando el área ha dado muestras, una y otra vez, que depende de dos aspectos: capacidad de mando y recursos humanos. A ello se agrega que el 'problema' con Felix Guerra se dio en el sistema de compras y ventas, teniendo Navarro formación y experiencia en ello.

Finalmente, y como modo de refrescar que es algo frecuente ver 'marido y mujer' en un gobierno, contando cargos de confianza además de los electivos, y que incluso esto se da hasta en mismas instituciones estatales, cabe compartir esta nota del diario El País sobre las parejas en el actual período de gobierno.

lunes, 13 de febrero de 2012

No hay peor cuña...

Puede parecer contradictorio, pero no. Da la sensación que la falta de una oposición sólida está terminando por complicarle la interna al intendente Carlos Enciso.

Con un Frente Amplio que, contadísimas excepciones, sufre una absoluta carencia de interlocutores válidos y de peso en la agenda local; con la ausencia de una estrategia colectiva y pegando la mayoría de las veces de manera desordenada y en puntos donde si no se es penetrante se corre el riesgo de parecer Pulgarcito queriendo derribar a trompadas a un elefante, el actual intendente pasó su primer año de gestión casi sin inconvenientes. Incluso en la “compulsa telefónica” que realizó CW33 La Nueva Radio, que aunque carezca de rigor científico tiene como respetable antecedente darlo por vencedor por un apretadísimo margen en mayo de 2010, el jefe comunal se acercaba al 90% de aprobación. Y no debía extrañar. Una serie de medidas tangibles y de alcance popular, así como un transitar sin los obstáculos que pueden surgir a través de medios de comunicación hicieron de esa aprobación algo verosímil.

Un año y medio después de haber asumido, Enciso tiene un 67% de aprobación, ahora sí rigor científico mediante, más concretamente de Equipos Mori. Y es de los mejores del país ese nivel, lo que confirma que lejos ha estado de maremotos, aunque sí ha tenido que enfrentar algunas olas, pero que en definitiva no llegan a desacomodarlo. Claro, no muy distinto era el nivel de aprobación de Juan Francisco Giachetto tras el segundo año de mandato. Llegaba al 60%, y en 2010 perdió. Parece imposible pensar hoy que Enciso corra la misma suerte, aunque queden más de tres años de gestión. Tiene el principal diario local, que tradicionalmente ha marcado la agenda vernácula, empapándose por momentos en las aguas del boletín partidario, y con su director jugando partidos simultáneos en las dos canchas (con un puente que suele conectar una con otra de manera casi constante); y por otro lado es notorio que, aunque en una realidad muy diferente a la de El Heraldo, la radio de mayor alcance es campo más fértil para que siembre y coseche Enciso que Giachetto.

El FA la tiene complicada. Por cómo está parado hoy como oposición, carente de conducción, con escenas hasta infantiles en ámbitos públicos de sus cúpulas formales; sin aquel viento absolutamente a favor del medio que aún se relacionaba a Giachetto en 2005; sin el propicio escenario del novel triunfo a nivel nacional y el mayor nivel de rechazo a los partidos tradicionales, se hace muy difícil pensar que el FA pueda quitarle la Intendencia al PN. Máxime en un departamento donde el piso electoral blanco postdictadura es muy alto.

Parece contradictorio, pero no. Ese panorama ‘cómodo’ está terminando por agitar las aguas internas del partido de Enciso. Su sector parece agrandarse cada vez más dentro del PN, pero alimentándose de blancos. Como consecuencia se van desgajando las otras corrientes. Además los dirigentes han comenzado a ver prácticas más corrientes en épocas del anterior gobierno nacionalista en Florida y a las cuales hasta el momento Enciso venía recurriendo más escasamente: ediles que renuncian a la Junta para pasar a cuadros del Ejecutivo; familiares de curules que ingresan a la Intendencia; y por ende un mecanismo de ‘neutralización’ que si no se ejerce con paridad hacia todas las facciones, termina por hacer imposible el mantener la estabilidad de sus cuadros.
Incluso para agregar algunas olas, parece sumarse la campaña electoral de ADEOM, gremio al que se le ha escapado algún disparo inesperado, aunque parece claro que es transitorio y que ha apuntando a actores sin peso político para que tampoco pueda resultar un boomerang.
Un día antes de partir hacia Italia, Enciso me confirmó que no se darían “grandes cambios” en su gabinete. Incluso dejó entrever que variantes de “nombres” no se darían, sino de “lugares” donde estos se encuentran.

Parece lógico que Enciso entienda que no es momento de “prescindir” de nadie, si lo que se quiere es no ayudar a agitar más las aguas. Sin embargo, parece también momento de que la interna sienta quién lidera y quién tiene la sartén por el mango.