martes, 30 de septiembre de 2008

Directo a las canillas

De ida y vuelta, es entretenido a veces cómo se tratan los medios locales entre ellos.
Esta mañana, en la foto de su página editorial, el diario floridense El Heraldo muestra tres camarógrafos de televisión cubriendo una conferencia en el salón Ursino Barreiro del palacete municipal. Palabras más palabras menos, el pie de foto comenta que los canales locales no se pierden conferencia alguna de la intendencia. Sugiere a la libre interpretación del lector: "es que cuando las canillas se abren...".
Esta mañana uno de los medios respondió (lo digo... no lo digo.. mejor no!!). Hubo una devolución del estilo: "¿qué hacía allí el camarógrafo de El Heraldo?", y párrafo seguido una ironía sobre si éste había ido "a pura conciencia". El remate fue más duro, refiriéndose a los que "¿cuando la canilla se abre toman el sorbo más grande".
De repente mañana hay segundo round... no sé!!.

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Mientras espero el segundo round, intento entender por qué Cono Enrique Pietro no es más el DT de Avenida. Tampoco tengo mucho derecho a pataleo, pero sigo sin entender.

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Ayer pasó la Mesa Política del Frente Amplio en Florida. Mi querida amiga y excelentísima ex profesora Hilda Sironi (de las pocas con las que entendí Matemáticas) le entregó a Brovetto un ramo de flores, intentando representar "la frescura del Frente Amplio", según dijo.
Al menos el ramo aportó frescura, junto a un integrante de la mesa que debería andar en los 30 años. Porque el resto, lindo grupo (Mesa y público, todo junto) como para cásting de "El Viento en los Álamos".

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Sigo haciendo fuerza y no entiendo por qué el Sapo no es más el DT de Avenida.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Poder latente


Voces del Frente con Danilo Arbilla (edición del 28 de agosto de 2008).

* En realidad la frase, hasta donde sé, es de Groucho Marx y no de Lincoln.... pero no hace al asunto. Me interesó la imagen de poder de cotillón, o 'poder latente'-Arbilla dixit- al que refiere.

sábado, 13 de septiembre de 2008

jueves, 11 de septiembre de 2008

De iconódulos e iconoclastas

De dos post que debo, cumplo con la mitad. Me queda para atrás, entonces, el de Pablo Alfano.

El jueves 21 de agosto publiqué un “recorte” del diario El Heraldo, reproduciendo un artículo a través del cual “empleados de Zona Franca Florida que prefirieron mantener sus nombres en reserva” -según consignaba el matutino- denunciaban que “un importante dirigente del Movimiento de Participación Popular (MPP) y del Fondo Raúl Sendic ha incurrido en prácticas de persecución sindical”.

La nota de El Heraldo agregó que el sujeto en cuestión “ha amenazado a sus subalternos con echarlos de la empresa para la cual trabajan si concretan la formación de un sindicato”.

Debajo del artículo acoté a los foráneos que “el dueño de ZFF es el mismo de M24, donde toooodos los santos días el Pepe habla sobre los efectos positivos de la arveja de soja, de las propiedades curativas del pelo de gata preñada y cosas así, entre otros tantos temas”.

El 25 de agosto a la tarde tenía en la puerta de mi casa paterna una persona (que me dio su nombre, apellido y teléfono, pero prefirió que no lo mencione) indicándome que “para nada” el sujeto en cuestión ha incurrido en prácticas de persecución sindical, señalando incluso que en varias ocasiones colaboró para conseguir mejoras salariales, actuando como puente entre los obreros y la cúpula de Zona Franca. El trabajador explicó que él y sus pares temen que una denuncia como la que tomó estado público pueda afectar de algún modo ese puente.

A la semana siguiente de la nota inicial, en El Heraldo se publicaron pasajes de una carta de trabajadores en los mismos términos de la explicación de quien llegó a mi casa paterna. Los firmantes pidieron no ser identificados, señaló el medio.

El estado de situación: personas que no quieren que sus nombres se den a conocer hacen una denuncia contra un jefe por persecución sindical, indicando incluso el sector político partidario del cual es dirigente. Salen a desmentirlo otros trabajadores, que tampoco quieren que sus nombres tomen estado público.

Apunto que si bien una fuente con conocimiento detallado de la interna del MPP me aseguró que el sujeto que fue el 25 de agosto hasta mi casa ha participado de alguna actividad orgánica de este sector (puntualmente me indicó que acudió a una Dirección Departamental ampliada del MPP), el trabajador –a quien acabo de llamar para consultarlo sobre este punto- lo niega rotundamente. En fin: no me interesa tampoco avanzar sobre esos aspectos.

También lo consulté, a él y a otros trabajadores de Zona Franca, sobre si existe allí un sindicato (recordemos que la denuncia original señalaba que el dirigente del MPP que es jefe en ZFF “ha amenazado a sus subalternos con echarlos (…) si concretan la formación de un sindicato”). La respuesta es ‘no’; no existe sindicato. No obstante ello todos coincidieron en que hay “trabajadores organizados”, acorde a “la compleja realidad de las zonas francas”, pues en ellas conviven en ocasiones cientos de empresas de toda clase de actividad.

Pero la punta del asunto que más me interesó es algo que no tiene que ver con la denuncia en sí ni con el trabajador que llegó hasta mi casa paterna, sino el malestar de algunos seguidores del Pepe (personas éstas que de algún modo estaban vinculadas a la noticia del recorte) con el comentario final sobre la variedad de temas que aborda Mujica en sus intervenciones diarias en M24.

Veamos. Entiendo, está bien. Florida es una ciudad iconódula, en el medio de un país iconódulo. En Florida, aún los agnósticos nos hemos criado frente a imágenes como la de San Cono o la de la Virgen de los 33. Es además un país en el que nacimos venerando a un Artigas casi todopoderoso, desde la tienda que sea. Incluso las historias de los partidos tradicionales, nutridas de decenas de imágenes, tienen en Batlle y Saravia dos íconos que sobresalen muy por encima del resto.

La historia de la izquierda es también iconódula. Ciento cincuenta años adorando a Marx, cien a Lenin, y buena parte aún, medio siglo después y muchos motivos para no hacerlo, reverenciando a Fidel. Como si fuese poco, ahora Chávez.

No voy a pedirles entonces que sean iconoclastas, pero sí que bajen el grado de iconulidad. Y como ejemplo a seguir les propongo al propio Pepe, tal vez el más iconoclasta de los iconoclastas, incluso sincrético de algún modo. Parece una contradicción un iconoclasta venerado por una masa de iconódulos, pero así sucede, aún no conciba yo una ‘masa’ como tal.

Creo que el estilo mismo del Pepe llama a cortar no sólo con tantas veneraciones, sino también con tantas solemnidades, casi como un exhorto a parar con la construcción de figuras que no se pueden tocar en lo más mínimo.

Decir que Mujica habla de “los efectos positivos de la arveja de soja, las propiedades curativas del pelo de gata preñada y cosas así, entre otros tantos temas”, es decir eso, que el Pepe es un todólogo que le da el rollo para hablar media hora al aire todos los santos días, sobre todo... y que los que tienen las pelotas suficientes para escucharlo (de vez en cuando lo hago) lo atiendan y asimilen como un ensayo científico de un notable de la materia abordada ese día.

No quita ello que sienta por momentos –y por otros motivos- hasta admiración por la figura de Mujica, por su pasado y sobre todo por su presente, construido con la cabeza gacha sobre las mataduras que lleva de cuarenta años a esta parte. Ni Artigas debe ser tratado con solemnidad, aun hayamos nacido y crecido todos adorando su imagen, porque somos eso -incluso los que nos decimos iconoclastas- iconódulos por tradición.

martes, 9 de septiembre de 2008

Continuando discusiones

Vengo del último post de Cursosparalelos, por lo cual, para seguir éste, es necesario comenzar por leer aquél. Trata de la conferencia de prensa de Rafael Videla en la Casa Rosada en 1979, donde el dictador argentino intentó, entre otras cosas, explicar que un desaparecido era 'una incógnita'.
La conferencia entera me resulta más atrapante que ese sólo momento. Pero por sobre todo me asombra que por trechos -en ocasiones largos- el discurso de Videla bien podría adjudicársele a un líder guerrillero, y que sus argumentos no por falaces dejan de ser bastante mucho más políticos que militares.
Se da en ese marco, la discusión en los comentarios, a la cual hago un segundo aporte que por largo lo meto aquí.

Marcelo dice:
primera constatación: en los últimos años no hubo un puto programa de televisión en uruguay que reprodujera la producción de periodismo político durante la dictadura. apenas algunas cosas de las postrimerías, y en programas especiales. no hubo programas que abordaran la cosa sistemáticamente. en cambio, el año pasado hubo un programa sobre casos periodísticos del periodo democrático. y no es porque no haya registro: lo que se perdió, por bestialidad de los "curadores" de los canales, es lo anterior al régimen. por ejemplo, no queda nada del telecataplum de los lobizones. no queda nada del glorioso flaco cleanto. no queda nada de coliseo colifato.

segunda constatación: qué impecable lección de periodismo. cómo tenemos que aprender de los argentinos. ellos reflexionan sobre la profesión. la televisión hace muchos programas para hablar sobre sí misma. una mierda, bah. pero también hay programas en que los periodistas hablan de su laburo en bambalinas. lo útil que resulta eso para un estudiante. y que no me rompan las pelotas con eso de periodismo para periodistas. ¿desde cuándo el periodismo no puede ser materia de cobertura?

tercera constatación: no sólo queda pegado videla. también el periodismo gorila y alcahuete. ¿no será por eso que acá no se hacen este tipo de programas? ¿qué periodistas en actividad aparecerían en falsa escuadra, además de assadur assadurián y otros por el estilo?

cuarta constatación: qué bien formuladas las preguntas difíciles. a un estudiante de periodismo de ahora podrá parecerle una chotada, pero había que pensar muy bien estas cosas.

quinta (but not least): qué reverendo hijo de puta videla. mierda en grageas.
Emilio dice:
No dudo que, tal como señala Marcelo, la carencia de programas de estas características obedece en gran medida al temor a quedar en falsa escuadra. Sucede que, a diferencia de lo que ha pasado en Argentina, no sólo los paquetes accionarios sino también las caras visibles (las referencias periodísticas de los canales) cambiaron muy poco en Uruguay en los últimos veinte, treinta y cuarenta años. Son muchos, demasiados, los que quedan en falsa escuadra.

Penúltimo: hay fragmentos del discurso de Videla que fácilmente pueden ser trasladados a la boca de un dirigente tupamaro o al mismísimo Fidel para argumentarse a sí mismo. Es eso también una lección para los que de vez en cuando les hacemos guiños a sus justificaciones.

Último: Terrible hijo de puta Videla. Y como gran hijo de puta tiene en su locuacidad y nivel argumental un arma letal. Podemos -en la desgracia- agradecerle al destino que nos hayan tocado tipos como el Goyo o Aparicio Méndez, porque si hubiese sido uno de las características de Videla, con seguridad no tendríamos idea aún de elecciones, hablaríamos de desaparecidos como de 'incógnitas', los canales no harían mención a la 'inseguridad' (tampoco se animarían a dedicarle tanto espacio a las noticias policiales) y varios post de este blog ameritaría una avalancha de allanamientos de computadoras por todo el país (menos que menos un sindicato policial pediría la renuncia de una ministra –mujer- de Interior.
Tanto como Videla es hijo de puta, hemos sido demasiado infantiles muchos de nosotros al habernos criado creyendo que estos sólo eran viejos chotos, cuadrados e ignorantes. Eran hijos de puta, por sobre todo, pero tenían también algunos (como Videla) otras cualidades que sirvieron para explotar la hijaputez al máximo.

Emilio
Este material esta muy bueno. Creo que es la primera vez que me tomo el tiempo de escuchar a Videla. La tergiversacion de conceptos, es algo no solo espantoso, sino mas espantoso es que muchos argentinos hayan creido en ella.
Como puede haber tanta locura en el mundo...y tipos dispuestos a legitimarla...

Maru dice:
locura? no tiene nada de locura, los milicos sabían muy bien lo que estaban haciendo. Videla sabía lo que estaba pasando y mintió y se justificó. y se burló con todo el cinismo del mundo de los desaparecidos. eso no es locura, es maldad. Videla es un monstruo.
tanto videla y massera como el goyo álvarez, rapela y los tenientes de artigas jugaron a la política y estuvieron tentados de formar sus partidos, para lo cual tuvieron, faltaba más, civilicos dispuestos a acompañarlos. la estructura de su discurso no era muy distinto a los de un político estándar. todos ellos hablaban de democracia "auténtica", así como otros hablan de democracia "avanzada" o democracia "participativa". ésa fue su perdición: si en política no tenés un enemigo, perdiste, y cuando pusieron un proyecto a consideración del electorado en 1980 tuvieron que abrir cancha. y marcharon.

En efecto Marcelo, en efecto.

También es cierto que en Uruguay ha habido una tradición democrática aún en los tiempos más intolerantes (dentro de ésta), por lo cual entre las diversas causas (no creo en una sola), eso debe haber pesado aún más que el no tener contrapeso como partido (aunque si lo observamos de lejos puede ser algo muy parecido el no tener contrapeso u oposición a no ser democrático por más que se diga serlo).

El tema es: tal como señala Pascual Serrano, el cuarto poder es el único de los poderes que actúa sin contrapeso, y sin embargo -esto lo digo yo- goza de ‘buena salud’, salvo cuando aparece el contrapeso de la censura. (Fernández Liria resume, del libro de Serrano: “El gobierno tiene un contrapoder en la oposición. El empresario, en los sindicatos. El poder ejecutivo, el legislativo y el judicial se limitan mutuamente y se obligan a ceñirse a la Constitución. Pero el poder que tienen los medios de comunicación para apropiarse del uso de la palabra en el espacio público carece por completo de contrapeso”).

Pero al grano: la tradición democrática en Uruguay tiene tanto peso, que cuando el Che anunciaba una avalancha de revoluciones en el continente, le transmitió a los jóvenes rebeldes uruguayos que aquí las cosas podían ser de otro modo, “como en ninguna otra parte de América Latina” (ojo, no me refiero a lo que después causó el golpe, porque lógicamente no fue la “lucha antisubversiva”.

Aprovecho un artículo de Leonardo Haberkorn para los párrafos que siguen.

En agosto del 61, cuando el Che estuvo en Punta del Este, El País señalaba: “las convenciones internacionales nos obligarán a recibir por unos días, en tierras de Artigas, a esa excrecencia”.

El Día: “Arribó al país uno de los principales verdugos del pueblo cubano (...) Esta fiera ensangrentada, cuya crueldad sufre todo un pueblo amigo, no bien llegó a Punta del Este, se instaló en una residencia reservada al estilo de un Hitler, un Mussolini, un Kruschev”.

Sobre un discurso del líder revolucionario, El País apuntaba: “Guevara no pasa de ser una mediocridad”.

Como Eduardo Víctor Haedo se tomó unos mates con el Che, El Día comentó que el entonces presidente del colegiado se regodeaba reuniéndose con “seres inferiores”, “rufianes internacionales, la expresión más baja del crimen”.

César Batlle Pacheco, integrante del colegiado, decía que el Che ostentaba “en su vida 580 o 590 asesinatos conocidos”.

Así lo recibían. En ese contexto, el Che les decía a sus seguidores uruguayos, sedientos de revolución armada: “nosotros iniciamos el camino de la lucha armada, un camino muy triste, muy doloroso, que sembró de muertos todo el territorio nacional, cuando no se pudo hacer otra cosa. Tengo las pretensiones personales de decir que conozco América (...) y puedo asegurarles que en nuestra América, en las condiciones actuales, no se da un país donde, como en el Uruguay, se permitan las manifestaciones de las ideas. Se tendrá una manera de pensar u otra, y es lógico; y yo sé que los miembros del gobierno del Uruguay no están de acuerdo con nuestras ideas. Sin embargo, nos permiten la expresión de estas ideas aquí en el Uruguay (...) De tal forma que eso es algo que no se logra, ni mucho menos, en los países de América. Ustedes tienen algo que cuidar, que es precisamente, la posibilidad de expresar sus ideas, la posibilidad de avanzar por cauces democráticos hasta donde se pueda ir; la posibilidad, en fin, de ir creando esas condiciones que todos esperamos algún día se logren en América, para que podamos ser todos hermanos, para que no haya explotación del hombre por el hombre”.

“Lo que no en todos lados sucederá lo mismo, sin derramamiento de sangre, sin que se produzca nada de lo que se produjo en Cuba, que es cuando se empieza el primer disparo, nunca se sabe cuándo será el último”.

Haberkorn apunta que ni El Día, ni El País, ni Marcha reprodujeron ese pasaje del discurso del Che.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Lo menos peor

Hace tiempo que estoy por escribir un post sobre Televisión Registrada (TVR), especialmente desde que dio un vuelco en su posición frente al gobierno de Cristina Fernández. En realidad las ganas habían nacido mucho antes, cuando los informes que ridiculizaban al éter Tinelli dieron paso a los que se basan en el ambiente Tinelli. Dejaron de ser un biombo tras el cual se desnuda de qué son capaces muchos seres con tal de alcanzar el 'éxito', para ser ahora una mera selección de momentos de la semana de Bailando, Patinando, Rial, Canossa, etc., amplificándolos incluso como fenómenos. Ya no son informes 'sobre' el show porno familiar, el morbo, la hipocresía más caradura y la triste calificación de 'artistas' que se ha ganado la farándula que baila, patina y sigue luego el show en los programas de la tarde. TVR está de algún modo reconociendo que sus informes no tratan más 'sobre' estas cosas para que el televidente no sea un simple receptor que se limita a tragar lo que la tele digirió por él, sino que ahora tienen de esos condimentos (morbo, show erótico familiar, más morbo, violencia, sangre, etc.) porque los necesita para ser un programa 'entretenido'. Tal vez haya cruzado, sin notarlo, a la vereda de enfrente.

TVR es, lo he dicho, el programa de la TV abierta que me siento a ver. "El programa", digo, porque es el único. Previo a ese quiebre, lo esperaba todos los sábados (por un tiempo los domingos que era cuando lo pasaban). Ya no tanto. Me pierdo el arranque sin problemas. Ya sé lo que hay ahí.
Sigue siendo, de todos modos, el mejor de los programas 'masivos'. O el menos peor al menos.
Hoy (1º de setiembre, 2008) La Diaria publica una entrevista de Verónica Fernández Damonte a Gabriel Schultz y Sebastián Wainraich, los conductores de TVR.
Algunos fragmentos merecen reflexiones en voz alta, otros a gritos.


Un tiempo atrás sí, e incluso a veces sigue pasando, los informes "contenían ideología", tal como indica Schultz. Ya no. Antes un informe desnudaba lo más deplorable de los "valores TV", utilizando para ello imágenes de Bailando, Patinando, Cantando, etc.. Ahora los informes son, por ejemplo, "La Tota vs Vives", y sobre ese eje rotan.

No sé si da para comentar mucho. Sólo apuntar que una semana después del 'cambio de posición', comenzaron a salir informes acusando a CQC de tener al 'vocero oficial de Kristina". Tardísimo.

Es decir: no hay intención de formar opinión (para lo cual alcanzaría con 'ayudar a razonar'), pero sí "se muestra una mirada crítica de la realidad", además de que los informes "contienen ideología" y pretenden "mejoras en el contexto público".


Tal vez no daba para la pregunta, no sé. Lo que sí se me ocurre es que las respuestas son un mar de contradicciones, y que la contestación inmediata era: "porque en Uruguay miran televisión argentina tanto o más que acá".
"Creo que hay muchas cosas en cómún entre uruguayos y argentinos", dice Schultz. Si, claro.

"...hay gente que se ofende cuando los argentinos nos tratan como una provincia. ¿Pero acaso no es ése el mensaje que transmite la forma de actuar de nuestros medios de comunicación más masivos? La televisión brasileña une al Brasil de punta a punta: le dice al gaúcho que toma mate amargo muriéndose de frío en Bagé y al negro que cree en los orixás y cocina con aceite de palma en el calor sofocante de Bahía, que los dos son parte de un mismo país. La televisión uruguaya nos dice: somos una provincia de Buenos Aires".