Esto dio lugar, está claro, a arengas como la de Vidalín, refiriéndose a "los políticos" (SIC) que fueron ayer a acompañar a la SPLF, pero que "durante cinco años no se acordaron".
Antes de la oratoria central, el acto tuvo un audiovisual en pantalla gigante. Abundaban niños y productores de los que la están tirando. Son los mismos que la han tirado toda la vida. De los que no tienen 4x4 ni vacaciones. Son los que anoche difícilmente hayan estado en el acto, porque tenían ordeñe.
El audiovisual ofuscó a varios. Un niño, aparentemente de una familia rural, que decía: "creemos en tu palabra" y, acto seguido, una imagen de archivo de Tabaré Vázquez asumiendo como presidente y hablando de los pequeños productores que abandonan el medio rural por problemas económicos. "Creemos en tu palabra", insistía más tarde la imagen del niño, y en cuestión de segundos aparecía Astori, durante uno de los foros de fines de 2007 en la SPLF, diciendo que, "como complejo industrial, la lechería no tiene techo" en el país. Otra vez el niño con el "creemos en tu palabra", y ahora el turno de Mujica, hablando sobre cuestiones similares.
A cada corte mínimo, la pantalla quedaba negra con un texto blanco en mayúsula afirmando: "CONFIAMOS". Eso durante toda la noche. Olía a tortura sicológica.
Después los reclamos. El detalle del contexto, que es peor al de hace un año, y la presión por el anuncio de medidas urgentes.
El acto no terminó en el escenario. Era evidente que, apenas concluyera la oratoria, le iban a preguntar a José Mujica qué opinaba de los reclamos. Le iba a preguntar el canal 10, pero lo iba a transmitir en directo.... para el acto. Hubiese sido más acertado, se me ocurre, invitarlo a subir al estrado. Mujica (notarán sus queridos iconódulos que hoy lo trato bien), no aprovechó para arengar. Quiere sí, dijo, una serie de variantes y herramientas para estabilizar el sector pese a las coyunturas, pero pidió que se dejen de joder con el discurso del "hoy el mercado me paga mucho y la hago toda, pero mañana me paga un poco menos y salgo a pedir subsidios con mi camioneta que dice, precisamente, bajen el costo del Estado, por favor!!!" (el entrecomillado me pertenece a mí, no a Mujica... aclaro).
Lo que más me extrañó fue que el empresario Jorge De Feo no dudó, pese a las cámaras, en ir a hacerle reclamos a Mujica por el tenor de la entrevista-discurso, tomándolo de los hombros y en un tono bastante fuerte que dejaba escuchar palabras pese a que el sonidista se encargó de meter la música al mango. Mujica estaba notoriamente incómodo, y respondió cosas como 'dejate de joder'. Alguien cercano al ex ministro se encargó de aclararme que tienen una relación de confianza muy especial. Demasiado, por lo que vi. "Dejate de joder", contestaba el senador cada tres segundos. Pareció, en el arranque, un rezongo del empresario. Un rezongo que le cayó muy mal a Mujica, que no se reservó respuestas, y paró el carro.
Más tarde hubo música, humor y danzas. Es decir: hubo otros shows.