Libertad de papel

Seré acusado de agente de la CIA, pero no importa. Veo cómo algunos compañeros llaman 'gusano' a cualquier cubano que critique tímidamente el régimen, mientras que por estos lares se rasgan las vestiduras reclamando como básica la libertad de expresión. El cubano de la isla no da su identidad. De hacerlo, estaría perdido.
En Uruguay uno tiende a preguntarse si por suerte el límite está bastante más adelante, aunque se recurre al (en este caso) cuestionable anonimato. Por momentos Y vio Dios que era bueno se convierte en uno de los mejores ejemplos. Los comentarios de algunos de sus post ayudan bastante, como es el caso de la referencia a la asunción de 'una lumpen' como ministra de Interior. El tono es deplorable y desnuda algún inconveniente químico neurológico además de social del autor y de algunos de los integrantes de su séquito, pero también desnuda un avance innegable en libertad de expresión (en el peor de los casos confirma la imposibilidad de controles en Internet).
Comparar lo que dice el Cubano de la Isla sobre las guaguas (al cual de ser hallado le caerá el peso de la 'ley revolucionaria') con lo que señala el autor de Y vio Dios que era bueno le (nos) sirve a la izquierda apenas como lección introductoria para cuando reclamamos libertad de expresión y hacemos (hacen) gárgaras con la revolución cubana.
PD: en unos días publicaré unos párrafos de un artículo de Gonzalo Perera acerca de los que hacen la revolución no sudando en una guagua sino sentados cómodamente en un sillón de su departamento en Punta Carretas.