El viernes será histórico. Florida ciudad querida, 'a pesar de'. Conservadora si las hay, con ribetes xenófobos y reaccionarios constantemente presentes en las esquinas y en el éter. Igual así, el amor y el sentido de pertenencia es pasional más que racional.
Por todo ello, este 4 de octubre va a ser histórico. Por primera vez habrá una marcha de la diversidad, del orgullo gay o de la lectura que se le quiera dar; llamale como quieras; H, por ejemplo.
Los patrones morales fundamentalistas que han campeado muy especialmente en nuestro terruño, han sido una barrera para la libertad mínima indispensable para cientos o miles de floridenses a lo largo de la historia del pueblo. En ocasiones es saludable el ejercicio de repasarnos, para indagar si no nos llegamos a sumar esporádica e inconscientemente a ellos (a los patrones morales), aún sea de modo ínfimo. De eso se trata la ignorancia, el prejuicio o el mandato moral de los estereotipos 'correctos'. Pero fundamentalmente la ignorancia es la que nos puede hacer vulnerables. Por suerte, se aprende para adelante.
La Florida reaccionaria no se reduce a la expulsión de los Valdenses con la acción de la Iglesia Católica, consentida por el gobierno de turno, ni con la prohibición del ingreso de afrodescendientes al Club Florida. Esas son, apenas, dos expresiones históricas y que pueden confundir acerca de la desaparición de esas conductas. Tampoco está concentrada en uno o dos personajes por sus comentarios o apariciones en redes sociales. Es a diario, en el barrio, en la esquina; en el centro educativo y hasta en las posibilidades de empleo.
La desautorización latente de "aquella torta", o la vergüenza familiar de los que "les salió un hijo trolo", cuando no la compasión del vecino porque "es una enfermedad como cualquier otra", se fuman a diario. "¿Y usted qué es? ¿hombre o mujer?", le preguntó la almacenera al puto de mi barrio, que en mi infancia (y adolescencia, y juventud...), parece, tenía "puto" como nombre, porque después de 'Puto' venía el apellido: "de la casa del Puto González (pongámosle) dos cuadras para adelante", por ejemplo. "Y tengan cuidado cuando pasen por ahí, porque los putos son agresivos". "Y ojo si la profesora es torta, porque puede querer algo con ella". Y todo así.
Un microclima asqueante que ha llevado a homosexuales a reprimir su opción y hasta a oponerse a ella socialmente como un reaccionario más, como una toma de distancia pública condenándola para no ser condenado/a. Es el niño que tira piedras a su admirado profesor en la escena final de 'La lengua de las mariposas'.
O lleva a asumir la opción tierras afuera; 'soy, pero que en Florida no se sepa'. Si, el sistema suele generar chanchos que admiran a Cattivelli; es muy complejo de atacar, pero ocurre en todos los órdenes (el económico especialmente, aunque ya es otro cuento).
Y cuando puede tratarse de alguien directa o indirectamente cercano, resulta que "fulanito vive con un amigo", precioso eufemismo que no hace otra cosa que, a través de la palabra, solidificar los barrotes de una celda que, aunque no se vea, todos sabemos que está ahí. Incluso muchos -y continuando con la metáfora- no ocultan su deseo de que la celda sea trancada bajo siete llaves y se incinere vivos a quienes estén adentro, si es posible en la plaza, para que sirva como escarmiento.
Una sociedad no es libre si un sector de ella no puede gozar de algunos derechos y libertades indispensables (lo que va mucho más allá de lo normativo, está claro). Una sociedad no es libre si un sector de ella es normativa o moralmente excluida.
Por todo lo anterior es que admiro a quienes en Florida han tenido un nivel de resiliencia inimaginable para intentar vivir libremente, formando un hogar con quien se le antoje, o acostándose con quien se le cante sin tener que caber en el molde, sin andar midiendo qué pensará la gente o limitarse por si incomoda a los viejos. Cuanto más atrás en el tiempo, más los admiro. Sin pensarlo fueron sentando las bases para que hoy, ya entrado hace rato el siglo XXI, las condiciones estén dadas para que una marcha de la diversidad por las calles de Florida sea algo tangible.
La admiración y el agradecimiento a quienes construyeron, así, una Florida al menos unos gramos más enterada de otras realidades posibles, de otras opciones. Empezaron incluso a enseñar que ser heterosexual es también una opción y no un mandato divino.
Felicidades a la gran Tania Patrón por estar al frente de este momento histórico.
El 4 de octubre a las 19:00, desde la Biblioteca, Florida marcha hacia algún lugar un poco más tolerante y diverso.