A los tres días en el diario me comunicaron que 'por motivos comerciales' no trabajaría en 'política', sino en 'gobierno departamental', que era una manera de decir: "sobre Arocena podés hablar pero sobre Amaro no".
('Era el más joven del mundo, entonces me equivoqué', dijo Daniel Amaro, pero la renuncia era lo que esperaban, sin tener que pagarme el despido. Había caído antes en ese juego. Me empeciné en no renunciar).
El diario hizo gárgaras de sus huevos para decir lo que sea sobre quien sea cuando conseguí, después de un mes y algo, finalizar la investigación sobre la barraca El Telón. La hice por propia voluntad, porque si me hubiese dedicado a cumplir con la rutina para mí hubiese sido más fácil. Se me ocurrió, tuve que salir a pelearla y paralelamente cumplir con el día a día. A veces me arrepiento, a veces no (ahora, por ejemplo). La Junta, a raíz de lo publicado, formó una investigadora. En febrero quedé sin trabajo. En marzo El Telón y todos los negociados de la IMF pasaron a la Justicia. El Heraldo siguió destacando su protagonismo. Sobre Juan Justo, nada. Fue electo senador en octubre de 2004. El directorio de OSE lo denunció en marzo de 2005. El Heraldo salió en su defensa y llegó a publicar una editorial que, días más tarde, una facción de la 22 en Sarandí utilizó para ocupar su espacio de publicidad electoral en el semanario Punto y Aparte. Arocena fue procesado con prisión en diciembre pasado.
En diciembre de 2005, en el pimer número de Alternativa, publiqué 'Juan Justo al banquillo'. Recordaba entonces aquel artículo y aportaba nuevos datos sobre las investigaciones internas en OSE. (Voy a utilizar otro post para hacer referencia a ellas. Ya es demasiado).
Ah... según acabo de leer en El País, el fiscal Eduardo Fernández Dovat pidió el procesamiento con prisión de Juan Justo Amaro por 'abusos'. El juez García Guaraglia deberá pedir su desafuero. Ayer lo defendieron sus peones de zanja. Hoy lo defienden sus fueros.
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