martes, 25 de noviembre de 2008

Un post de 'palabrotas'

Gracias a Bloc de Periodista, me enteré de la traducción que Juan Pablo Meneses hizo de los insultos más comunes en los escenarios deportivos de Argentina. Lo hizo de cara a la final de la Copa Davis, para que los españoles supieran qué les estaban diciendo cuando desde las tribunas se sintieran cosas como “no rompan las bolas”, "salame", "zanahoria" y otras tantas mucho más pesadas.

A los que se jactan de reservados y circunspectos, les paso el aviso que este post incluye una serie de "malas palabras", algunas demasiado groseras, pero que son fundamentales porque hacen al fondo del asunto.

Algunas traducciones:

-Forro: Tarado, idiota.
-Les vamos a romper el orto, chabones: Chavales, les vamos a ganar 'de forma inapelable'.
-No rompan las bolas: No molesten.
-Garchar: Copular.
-Concha: Vagina, vulva.
-Andá a lavarte la concha, Nadal: Nadal, sal de aquí (aunque este insulto ha perdido toda su vigencia tras la baja de Nadal).
-Salame: Tonto.
-Nabo: Tonto.
-Zanahoria: Tonto.
-Papafrita: Tonto
-Boludo: Nabo.
-Pelotudo: Boludo.
-Orto: trasero, culo.
-Cerrá el orto: Guarda silencio.
-Que les vaya como el orto: Ojalá que pierdan.
-Te la meto, te la saco cuando quiero: Somos superiores deportivamente.

Después de ver parte del listado de traducciones hechas por el periodista, lo primero que se me vino a la mente es la ponencia de Roberto Fontanarrosa en el Congreso de la Lengua Española que se desarrolló hace algunos años en Rosario.

Aunque en este caso sólo son defendibles con aquella argumentación algunas de las “palabrotas”.

Fundamentalmente quiero centrarme en “zanahoria”, “papafrita”, “salame”, “nabo” y “boludo”, las cuales aparentemente significan “tonto”. Podría llegar a hacer acuerdo con “zanahoria”, “papafrita" y “salame”, pero bajo ningún concepto puedo poner en una misma casilla a “boludo”, epíteto que, cualquiera sabe, es insustituible. Tampoco “boludo” es lo mismo que “pelotudo”, hay que aclarárselo, por más que a simple vista parezca lo mismo, y que a los españoles les sirva bastante la aproximación a la cual los lleva Meneses.

También me llevó el listado a un debate interminable con un amigo acerca de frases de la talla de “te la saco, te la pongo cuando quieras”, ya que por un lado están la grosería y la referencia sexual barata, pero por otro aparece el significado real con el que se emite: “somos tan superiores que les ganamos cuándo y cómo queremos” (cosa que lejos estuvo de demostrarse).

En definitiva, pese a algunas groserías que no aportan nada, me quedo con lo de Fontanarrosa, sobre preferir algunas “palabrotas” antes que no tener capacidad de transmitir lo que se quiere decir, identificando todo como “coso”.

Parte I


Parte II