miércoles, 6 de noviembre de 2013

U$S 8 millones; Clademar continúa

El socio mayoritario es venezolano, aunque el más fuerte es el chino. Pero hay también un italiano, e incluso un mexicano. Y no son los únicos. El consorcio que cerró el negocio con el grupo angoleño que hasta 2010 estuvo operando el Frigorífico Florida, se conformó previo a esta transacción, pero no sólo para ella. “Éste es el comienzo”, explicaron fuentes cercanas. Por ende sólo se le puede atribuir esta actividad. No hay registros de otra, ni en el mercado cárnico ni en giro alguno. Pero sus integrantes sí. Tienen una amplia participación en inversiones de las más diversas áreas: ganadería, agricultura, turismo, metal, transporte pesado, telecomunicaciones y hasta aeronáutica. Están presentes en buena parte de las américas, pero también en Europa del Este, Asia y África.
Más de quince personas había frente a la mesa el lunes a la noche, cuando se cerró el negocio en unos 8 millones de dólares. Carlos Carneiro estaba allí. Había asesores jurídicos, financieros, operadores inmobiliarios y los propios titulares del consorcio, aunque se ausentaba el de origen chino. El acuerdo no fue exclusivamente por la planta. Lo que se vendió fue el establecimiento comercial, el paquete accionario, por lo cual si se sortean las etapas legales, el frigorífico reabrirá como Clademar, tal como cerró.

Mercados: Venezuela y China
La planta será entregada recién en febrero de 2014, por lo cual recién allí comenzará la readecuación de la misma, las tareas de mantenimiento, la búsqueda de la habilitación y la pretensión de las primeras inspecciones a faenas de prueba, que se proyectan, en el mejor de los casos, para marzo. El proyecto incluye ampliar la capacidad de frío y ampliar la playa de faena.
El primer escalón es el mercado interno, pero con un objetivo claro en exportación, más allá de que puedan incorporarse otros: cortes de calidad con destino a Venezuela, y de los otros hacia China, que se está consolidando como el principal destino de la carne uruguaya.
Las faenas no serán sólo de ganado vacuno; también se prevé de ovinos.

Agilizar los pagos
Juan Pablo Croce es el nombre del profesional uruguayo que representará al consorcio de capitales extranjeros, que tiene entre sus objetivos el mejorar en cuanto a la formalidad de los cumplimientos, respecto al escenario que se había generado en la anterior etapa de Clademar. N tal sentido, se apuntará a pagos contados, indicaron las fuentes consultadas.

Se explorarán convenios con gremiales, ofreciendo precios preferenciales y diferentes ventajas comparativas, para atraer negocios que permitan asegurarse faenas mínimas. En este campo jugará un rol neurálgico el floridense Nelson Rodríguez Hunter, aunque la intención del consorcio es que en las operaciones exista “plena apertura” hacia otros escritorios.

martes, 1 de octubre de 2013

Octubre multicolor e histórico en Florida

El viernes será histórico. Florida ciudad querida, 'a pesar de'. Conservadora si las hay, con ribetes xenófobos y reaccionarios constantemente presentes en las esquinas y en el éter. Igual así, el amor y el sentido de pertenencia es pasional más que racional.
Por todo ello, este 4 de octubre va a ser histórico. Por primera vez habrá una marcha de la diversidad, del orgullo gay o de la lectura que se le quiera dar; llamale como quieras; H, por ejemplo.

Los patrones morales fundamentalistas que han campeado muy especialmente en nuestro terruño, han sido una barrera para la libertad mínima indispensable para cientos o miles de floridenses a lo largo de la historia del pueblo. En ocasiones es saludable el ejercicio de repasarnos, para indagar si no nos llegamos a sumar esporádica e inconscientemente a ellos (a los patrones morales), aún sea de modo ínfimo. De eso se trata la ignorancia, el prejuicio o el mandato moral de los estereotipos 'correctos'. Pero fundamentalmente la ignorancia es la que nos puede hacer vulnerables. Por suerte, se aprende para adelante.

La Florida reaccionaria no se reduce a la expulsión de los Valdenses con la acción de la Iglesia Católica, consentida por el gobierno de turno, ni con la prohibición del ingreso de afrodescendientes al Club Florida. Esas son, apenas, dos expresiones históricas y que pueden confundir acerca de la desaparición de esas conductas. Tampoco está concentrada en uno o dos personajes por sus comentarios o apariciones en redes sociales. Es a diario, en el barrio, en la esquina; en el centro educativo y hasta en las posibilidades de empleo.

La desautorización latente de "aquella torta", o la vergüenza familiar de los que "les salió un hijo trolo", cuando no la compasión del vecino porque "es una enfermedad como cualquier otra", se fuman a diario. "¿Y usted qué es? ¿hombre o mujer?", le preguntó la almacenera al puto de mi barrio, que en mi infancia (y adolescencia, y juventud...), parece, tenía "puto" como nombre, porque después de 'Puto' venía el apellido: "de la casa del Puto González (pongámosle) dos cuadras para adelante", por ejemplo. "Y tengan cuidado cuando pasen por ahí, porque los putos son agresivos". "Y ojo si la profesora es torta, porque puede querer algo con ella". Y todo así.

Un microclima asqueante que ha llevado a homosexuales a reprimir su opción y hasta a oponerse a ella socialmente como un reaccionario más, como una toma de distancia pública condenándola para no ser condenado/a. Es el niño que tira piedras a su admirado profesor en la escena final de 'La lengua de las mariposas'.
O lleva a asumir la opción tierras afuera; 'soy, pero que en Florida no se sepa'. Si, el sistema suele generar chanchos que admiran a Cattivelli; es muy complejo de atacar, pero ocurre en todos los órdenes (el económico especialmente, aunque ya es otro cuento).
Y cuando puede tratarse de alguien directa o indirectamente cercano, resulta que "fulanito vive con un amigo", precioso eufemismo que no hace otra cosa que, a través de la palabra, solidificar los barrotes de una celda que, aunque no se vea, todos sabemos que está ahí. Incluso muchos -y continuando con la metáfora- no ocultan su deseo de que la celda sea trancada bajo siete llaves y se incinere vivos a quienes estén adentro, si es posible en la plaza, para que sirva como escarmiento.

Una sociedad no es libre si un sector de ella no puede gozar de algunos derechos y libertades indispensables (lo que va mucho más allá de lo normativo, está claro). Una sociedad no es libre si un sector de ella es normativa o moralmente excluida.

Por todo lo anterior es que admiro a quienes en Florida han tenido un nivel de resiliencia inimaginable para intentar vivir libremente, formando un hogar con quien se le antoje, o acostándose con quien se le cante sin tener que caber en el molde, sin andar midiendo qué pensará la gente o limitarse por si incomoda a los viejos. Cuanto más atrás en el tiempo, más los admiro. Sin pensarlo fueron sentando las bases para que hoy, ya entrado hace rato el siglo XXI, las condiciones estén dadas para que una marcha de la diversidad por las calles de Florida sea algo tangible.

La admiración y el agradecimiento a quienes construyeron, así, una Florida al menos unos gramos más enterada de otras realidades posibles, de otras opciones. Empezaron incluso a enseñar que ser heterosexual es también una opción y no un mandato divino.
Felicidades a la gran Tania Patrón por estar al frente de este momento histórico.
El 4 de octubre a las 19:00, desde la Biblioteca, Florida marcha hacia algún lugar un poco más tolerante y diverso.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Morir sobre el río

foto Alvaro Muracciole
Después de 85 años de hacerlo, el puente de la ruta 5 vieja sobre el río Santa Lucía, en Paso Pache, ya no une las dos orillas. Sus pilares de madera sobre la cabecera sur, que da a la costa de Canelones, fueron incendiados, y la estructura, que se encontraba en total estado de abandono, cedió, cayendo todo un tramo.
La reconstrucción de la rutas 5, que se inició en 1965, diez años más tarde hizo pasar a un segundo plano el puente cuya estructura cuenta con pilares de cemento sobre el agua, de madera en su cabecera sur (pero protegidos  por un dique de piedra de 40 metros de largo), vigas de madera y metal; asfalto en la zona de tránsito y metal en su exterior, siendo ésa su característica más saliente.

Hasta finales de los '80 algunos vehículos pesados pasaban por él, y hasta en el pasado cercano había quienes transitaban por él en moto, pese a que hace más de dos décadas estaba clausurado. Era frecuente que los lugareños lo cruzaran a pie, independientemente de que la carpeta de asfalto presentara muchos huecos.
Paulatinamente, en los últimos 15 años, el puente empezó a sufrir todo tipo de actos vandálicos. En el último lustro se sucedieron incendios en su estructura de madera por personas que armaban fogatas debajo de él. También sobresale que, paso a paso, le robaron todo un tramo de metal.
El 27 de setiembre de 2013 volvieron a incendiar sus pilares de madera en la cabecera sur, y ésta –que resistió las más duras crecientes durante 85 años- ya no soportó más; cayó.
Quedó aferrado a una orilla, pero ya no une las dos, por lo que acaba de morir su vida como puente.


martes, 26 de marzo de 2013

Lo que ves no siempre es lo que es

“Ningún periodista puede contar las cosas ‘tal-como-pasan’. Eso es imposible. A lo sumo puede contarlas tal como ve que pasan o, en la mayoría de los casos, tal como le dicen que pasan. En resumen, tal como al periodista le parece que pasan. Se aproxima, pero quedará lejos”.

Siempre me gustó este párrafo de Traficantes de Realidad (Marcelo Jelen, edición del autor, 1997), un libro que, supongo, no estaría mal que conviertan en lectura obligatoria en cada recinto académico en el que se pretenda formar periodistas.

Los periodistas, o los que trabajamos de periodistas, solemos creer que con un puñado de consultas acerca de un hecho tenemos material suficiente para contar ‘cómo pasó’ tal o cual cosa, así que cuando eso que pasa ocurre frente a nuestras narices y no necesitamos recurrir a relatos ajenos, la certeza se agiganta. Es más: reavivamos el caduco convencimiento de “la verdad”, de “la realidad” que estamos contando, como si se tratase de la verdad así, en singular, cuando en todo caso podría ser algo ‘veraz’ por ser ‘verificable’; como si la ‘verdad’ y la ‘realidad’ fuesen abordables en relatos humanos, e incluso en reducidas crónicas periodísticas.

Lo extraño es cómo nos convencemos de ello, a tal punto que a veces hasta nos olvidamos de recientes tropezones, e insistimos con contar con absoluta certeza cosas que creemos ver, o que nos han contado que son de tal modo.


Un caso ejemplar de narración negligente de algo que creímos ver

El 1º de octubre de 2012 varios periodistas fueron testigos de esta escena 

foto extraída de www.subrayado.com.uy (sin datos de autor)

Fue la subasta de siete aviones Bombardier que pertenecieron a Pluna. Un sujeto que dijo llamarse Antonio Sánchez, que asistió como aparente representante de la empresa española Cosmo, hizo las señas de rigor en la subasta y, de ese modo, dijo ofrecer 137 millones de dólares por los aviones.

Los periodistas lo vimos, así que al día siguiente contamos lo que pasó.






El ver a un sujeto levantando la mano en la subasta alcanzó para afirmar al unísono que los aviones fueron vendidos, que los compró Cosmo, e incluso en algún caso, como en el de la República, celebrar la culminación de una etapa. ¡No! Nadie compró nada. Sólo pasó una subasta y alguien se comprometió a pagar. Sólo pasó eso.

Con las horas se fue sabiendo que Sánchez antes que Sánchez era Calvo, y que antes que Antonio era Hernán, y que antes de ser de Cosmo era, o es, de Buquebus

Con los días se fue sabiendo que Cosmo difícilmente compraría (así, en condicional y a futuro) lo que ya todos habían afirmado que compró (así, en tiempo pasado y con tantas certezas).

Pero pese a todos estos datos, desconfiando siempre que López Mena era el titiritero de Calvo Sánchez y de Cosmo, desde los medios nosotros los periodistas o los que trabajamos de periodistas, seguíamos afirmando -todavía en octubre de 2012- cosas tales como: 



No me concentro por saña en los medios escritos con soporte en papel (lo explico en el asterisco final), sino por todo lo contrario, porque allí, suele suceder, este tipo de información llega a tener un tratamiento más cuidadoso. La idea es ver cómo a todos nos pasa. 

Se llegaron a dar situaciones como ésta. 


Los meses confirmaron que Cosmo no sólo no compró, sino que no iba a comprar, que su aval era del Banco República, que las garantías no pagaban y que Juan Carlos López Mena estuvo siempre detrás de la empresa española, aprovechándose de -como ha dicho mi jefe- actores de gobierno que han querido mostrar que juegan cartas de altas negociación empresarial, pero sin tener en cuenta que negocian con sujetos bastante más hábiles que ellos, y que hacen asados debajo del agua. 

Mientras tanto, pese a todas estas cucarachas que se cuelan en las redacciones (por seguir en la línea de Traficantes de Realidad), hasta el día de hoy seguimos dando por cierto, contando no ya como verificables sino como verificadas cosas de las que tendríamos que desconfiar como nunca. 

Aparentemente López Mena negoció con el Banco República el aval ejecutado al no haberse concretado la compra de los aviones subastados (los mismos que una empresa española 'compró', según afirmamos todos, porque lo habíamos visto en la subasta) y habría pagado la primera cuota de una financiación que sumará U$S 13,6 millones. Pese a que está claro que aún no se han pagado los U$S 13,7 millones, que en todo caso se habría abonado sólo una parte del monto y, peor aún, sabiendo que quien está detrás de esto es el mismo que nos generó la ilusión óptica que nos llevó a afirmar al unísono que Cosmo compró los aviones, que Calvo era Sánchez, y que López Mena negociaba con alguien muy parecido a López Mena; pese a todo eso, cuando se supo de la negociación del aval, una vez más aparecieron afirmaciones de las que, no entiendo cómo, todos parecen estar seguros. Todos, por lo visto, las han verificado. 







Otros cambiaron títulos a tiempo, pero Google deja viviendo lo que ya no existe...


...y además los links de los artículos que cambiaron de título no dejan mentir.




* en este caso vamos a los medios escritos, que son los que se manejan, o se tendrían que manejar, con menos celeridad. El panorama de las afirmaciones de lo que se creyó ver empeora en canales de TV, radios y portales.

martes, 4 de diciembre de 2012

Floridá; los colores de Paraguay


Todo lleva a concluir que es cierta la antigua y poco conocida versión del origen paraguayo de los colores rojo y blanco que identifican a Florida.
La bandera del departamento, creada en 1990, es albirroja merced a “los colores deportivos”, tal como lo admiten tanto sus creadores como quienes participaron en el jurado que la eligió. Esos “colores deportivos” nacieron con el fútbol en 1930, cuando la selección local dejó de ser rojiverde para pasar a ser albirroja. Con el paso de lustros y décadas se fueron contagiando otros deportes.
El cambio se produjo el año que la selección guaraní jugó en Uruguay el primer mundial de fútbol. El delegado de la comitiva paraguaya fue un floridense. Incluso muy cerca estuvo esa selección, cuando ya había sido eliminada del certamen internacional, de viajar a la Piedra Alta para enfrentarse con Florida. Ya habían jugado en dos oportunidades, en 1923 y 1924. Pero no fue la última visita a esta ciudad: en 1933 la selección de Paraguay volvió a Florida, aunque para enfrentarse a Peñarol, a beneficio del comité pro-Cruz Roja Paraguaya que dirigía Sara Barceló de Piera.
Las gestiones para la presencia guaraní siempre las hizo el médico paraguayo-floridense Fernando Abente Haedo, radicado en el departamento desde el inicio de la década del ‘20 hasta su muerte, en 1964. Fue un enamorado de su tierra natal y de la adoptiva; un nieto de España por línea paterna y del Paraguay fundacional por la materna, al grado que era descendiente no sólo de “conquistadores” y de “héroes”, al decir de José Luis Ardissone, sino también de la estirpe femenina depositaria y mayordoma de la Virgen de la Asunción desde el siglo XVIII. Peleó en la guerra del Chaco y con él fue su mujer, la floridense Carmen Urioste, como enfermera, encargándose tanto de preparar alimentos para niños como de curar agusanadas heridas de combatientes. Abente, hijo de familias aristocráticas de España y Paraguay, y enlazado a una de la aristocracia uruguaya, fue sin embargo un defensor de la cultura nativa guaraní y reivindicador del papel que jugaron los indígenas en el proceso de independización de la primera república de la región.

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El cambio de camiseta de Florida fue en 1930 y tras el mundial de fútbol. El primer partido inmediato que tuvo Florida después del certamen organizado y ganado por Uruguay, lo jugó con la nueva indumentaria. El delegado de la representación paraguaya en el torneo internacional fue, precisamente, Abente Haedo, con quien los dirigentes de la liga local mantuvieron contactos durante el desarrollo mismo del torneo internacional.
El médico había sido, además, representante de la liga paraguaya ante la Confederación Sudamericana de Fútbol. En Florida fue miembro de la Comisión de Cultura Física, un órgano que regía a todos los deportes en las primeras décadas del siglo XX.
La descendencia de Fernando Abente Haedo le coloca una pieza más al puzzle: sus nietos Pedro y Fernando Dighiero Abente explican que en el seno familiar “siempre se supo” que “la camiseta de Florida era la de Paraguay”, y que su abuelo tenía mucho que ver con ello.

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Amadeo Ortega (foto sin datos de autor)
 Estas son las conclusiones primarias de una investigación que no necesariamente está cerca de cerrarse. Incluso, aunque ya la descendencia de Fernando Abente Haedo haya indicado en esta etapa del proceso que en la familia se sabía del origen de la camiseta floridense, el trabajo del que se comparten estas conclusiones preliminares, y por ende refutables, recién comenzó.
Nació con la designación del floridense Gerardo Pelusso como director técnico de la selección de Paraguay, y reflotó otro viejo proyecto, para el que ya se trabaja en la elaboración de contenidos audiovisuales.
El disparador fue el recuerdo de una de las versiones acerca del porqué de los colores locales, comentada a Pelusso horas antes de su asunción. La búsqueda fue la de confirmar o refutar esta anécdota que atravesó ocho décadas sin ser documentada (aunque sí se hace una mínima referencia, y en condicional, en el diario El Heraldo, en el año 2000).
La conclusión, aún primaria, es intermedia.
Incluso a raíz de la investigación surgieron “novedades”. Una de ellas es que la primera camiseta de Florida como selección no fue necesariamente la rojiverde usada (al menos) entre 1924 y 1929, sino una negra, roja y verde: casualmente los mismos tres colores del hoy floridense El Tanque Sisley*.
ESCAPANDO AL SACERDOCIO Y LLEGANDO A UNA CIUDAD ICONÓDULA. La historia de los Abente en Sudamérica tiene ribetes propios de una novela, con prólogo de un hijo de familia aristocrática española que escapó a la vocación sacerdotal digitada por sus padres, y terminó arrastrando a un hermano galeno al que habían enviado en su búsqueda. El encuentro con otra familia aristocrática, pero paraguaya, y la estirpe médica, hacen también al desarrollo atrapante de la historia. Hay párrafos continuos sobre búsquedas de nuevos horizontes; uno de los últimos capítulos se terminó de escribir en Florida.
REFORMA DE LA LIGA Y CAMBIO DE CAMISETA. En 1930 la Liga de Fútbol de Florida vivió la que tal vez haya sido la reforma más trascendente en su centenaria existencia; estatutos y reglamentos nuevos después de varios meses de discusión; los artículos de los estatutos y del reglamento se contaban por decenes y por cientos, respectivamente. El entonces director del liceo, Paul F. Schurmann, presidió ese proceso que iniciaron formalmente los clubes. Hubo también un cambio de camiseta, dejando de ser roja y verde.
Después del mundial y de una frustrada nueva visita de la selección paraguaya a Florida, el primer partido que tuvo la selección del renovado fútbol floridense vino con los nuevos colores: rojo y blanco, como la camiseta de Paraguay. Durante el mundial habían mantenido contactos con Abente Haedo, delegado de la liga de su país en el mundial.
El primer partido ‘albirrojo’ fue un amistoso contra un combinado de “Bancarios” que llegó desde Montevideo y al que se le ganó 4 a 0. El segundo fue el oficial, el 16 de octubre de 1930, contra la selección de Artigas en el Campeonato Nacional. El partido fue en Belvedere, en Montevideo; Florida ganó 7 a 0. Casualmente en el once floridense había un Pelusso; se llamaba Domingo, le decían “Mingo”, y fue tío de Gerardo.

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LA CASA EN MONTEVIDEO, UN ‘HOTEL’ PARA PARAGUAYOS. Fernando Abente Haedo tenía casa y campo en Florida, pero también en Atlántida y en Montevideo, en el barrio Pocitos. Allí solía recibir mucha gente, ya que las dimensiones lo permitían. Para imaginarla quizás alcance señalar que tenía ocho baños. Las delegaciones deportivas paraguayas, fuesen seleccionados o clubes, “se quedaban siempre allí”, cuenta Lila Martínez, que por más de tres lustros trabajó junto al médico. Abente no sólo fue dirigente del fútbol paraguayo; también lo fue del básquetbol. En Florida “era socio de todos, pero absolutamente de todos, sean clubes de fútbol, de básquetbol o de lo que sea. Todos pasaban siempre a cobrar porque él era socio”, recuerda Martínez.
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CLIMA NACIONALISTA. 1930 fue el año de la celebración del centenario de la primera Constitución. El clima de “orientalidad” y “sentimiento patriótico” se notaba por demás exaltado en las crónicas de la época, en ocasiones incluso en las deportivas. Fue entonces que la Comisión de Centenario lanzó la iniciativa de un escudo departamental, tras sesiones y más sesiones que llevaban a cabo miembros de en muchos casos tradicionales familias locales.

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LAS DIFERENTES CAMISETAS DE FLORIDA. Surge de la búsqueda un elemento más sobre la historia de los colores locales: no necesariamente fue roja y verde la primera camiseta de la selección de Florida. Al menos hubo una antes: roja, negra y verde, en franjas verticales y angostas.
Después de comenzar a usar la paraguaya en 1930, durante un año se vistió, a fines de esa misma década, una mitad roja y mitad blanca, pero sólo por un año. En 1952 se resolvió cambiar el diseño, quedando blanca con dos pequeñas franjas horizontales rojas, y una F en el pecho. Rigió desde 1953 hasta 1962, cuando Florida volvió, en el Sur de ese año, a jugar con la de bastones verticales. Fue ante Colonia y perdió 3 a 2. Sólo hubo una interrupción, treinta años más tarde, cuando se intentó un degradé de rojo a blanco, con un paso por el naranja. “No cayó muy bien en su momento”, admite Isidro Rocca, un referente del plantel que le tocó vestirla. Al año siguiente se retornó a la tradicional.

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LA QUE DEJÓ Y LA QUE TOMÓ. Las casualidades se acumulan en el proceso de investigación. Una de ellas tiene que ver con los dos importantes partidos amistosos que la selección de Florida finalmente vio frustrados, entre el desarrollo del Mundial jugado en Montevideo y el inicio del campeonato nacional, que también se llevó a cabo en la capital del país. El primero fue contra Paraguay y el segundo contra Rampla; casualmente los colores que dejó Florida y los que empezó a vestir.
Rampla cumple en 2013 su centenario, lo mismo que la Liga de Fútbol de Florida y que el decano local, Peñarol. Contra Peñarol jugó su último partido en Florida la selección paraguaya. En 2013 se cumplirán 80 años de ese encuentro amistoso y benéfico.

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Selección de Florida sub-18, enero 2011 (foto Alexis Trucido)
LA BANDERA CON LOS COLORES, AUNQUE NO FUESE LA MÁS LINDA. Lo que no es casualidad es que los colores de la bandera de Florida sean los mismos que los de la camiseta de la selección floridense de fútbol. Cuando ésta se definió pesaron “los colores deportivos”, tal como explicó José Pedro Galain, jurado por el gobierno departamental en el concurso al que llamó la Junta en el año 1990. En el llamado se sugería esa búsqueda, y así lo tomó en cuenta, según lo narró él mismo, Carlos María Carbajal, creador el diseño que terminó siendo el ganador.
La creación de la bandera tiene también una rica historia: fue una cooperativa de trabajo de tres diseñadores integrada además por sus respectivas novias de entonces. Después de muchos proyectos, cada uno presentó tres (límite de cantidad de banderas que se podía presentar por persona). El proyecto que terminó siendo ganador no había sido considerado entre los nueve mejores de la cooperativa. Fue con el nombre de María Elsa Echeverría. El día que recibió el premio Echeverría se encargó de destacar que el esfuerzo fue de un grupo, nombrando a los restantes cuatro compañeros; además de Carbajal: Mauricio Riva, Fabiana López, Alejandro Martínez y Cecilia Barrera.
La propuesta que más les gustaba a los diseñadores también fue la que más le agradó a alguno/s de los integrantes del jurado, pero no prosperó porque, además del rojo y blanco, tenía una apuesta al azul.

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“Su corazón vibraba en Uruguay con resonancia de arpa paraguaya”, dice el artículo del diario El Heraldo que informó de la muerte de Abente Haedo, en 1964. Un pequeño acercamiento a la figura de este médico logrado en estos meses a través de lecturas y entrevistas, permite suscribir a la frase. Incluso era 'literalmente' así. “Un día a la casa de Atlántida llegó de sorpresa un grupo paraguayo. Apenas sintió sonar el arpa, al doctor se le empezaban a caer las lágrimas”, narró Lila Martínez.

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LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN. Los colores rojo y blanco también son los predominantes en la bandera de Asunción, o “Nuestra Señora Santa María de la Asunción”. Ése es el nombre completo de la capital paraguaya, en referencia a la primera patrona del país en la tradición católica: la “Virgen de la Asunción”. Su festividad es el 15 de agosto, fecha que encontraba siempre a Fernando Abente Haedo y a su esposa, Carmen Urioste, en tierra guaraní. Viajaban con tiempo porque Carmen ayudaba a preparar la imagen para la celebración, algo que venía de generaciones atrás en la familia de su marido. Por tradición de ascendencia, doña María Haedo Machaín de Abente, la madre de Fernando, era “depositaria y mayordoma” de la virgen, tarea que mujeres de la misma raíz familiar cumplen desde mediados del siglo XVIII a la actualidad.

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VINO HASTA ESTIGARRIBIA, Y “FUE UN PUEBLO A RECIBIRLO”. Aunque no necesariamente parecía cultor de un perfil alto, el peso social de Fernando Abente Haedo tanto en su tierra adoptiva como en la natal, y sus vínculos con los más relevantes actores de su Paraguay contemporáneo, no sólo significaron que a Florida llegara la selección de Fútbol en tres ocasiones. Se puede detallar un rosario de elementos de otros ámbitos. Un ejemplo: también llegó a la Piedra Alta el mayor José Félix Estigarribia, considerado héroe de la guerra del Chaco en su país. La visita de Estigarribia fue en 1936. “Fue un pueblo a recibirlo, a unos diez kilómetros de Florida”, recuerda Nené Piera. Ella fue la elegida para recitar palabras de bienvenida a los huéspedes, entregándole un ramo de flores a la esposa de Estigarribia, Julia Miranda. Ese mismo año se inauguró en la ciudad la plaza Paraguay. Estigarribia y su esposa murieron en 1940, durante la presidencia del mismo, en lo que se supone fue un accidente aéreo.



* Si bien los colores predominantes de El Tanque son verde y negro, el rojo también está presente, y no sólo en su escudo sino también en su indumentaria. Milton Codesal, socio fundador del club, explicó que la intención de colocar el rojo tuvo que ver con la simpatía que prácticamente todos los creadores de El Tanque tenían, en básquetbol, hacia Aguada, de camiseta roja y verde.

Agradecimientos: El inicio de esta investigación ha sido posible gracias a la invalorable colaboración de muchas personas. Agradezco especialmente a José Monti y a Alicia Wallerstein, y en ella a todas las amables funcionarias de la Biblioteca Municipal; a funcionarios de la Biblioteca Nacional (¡aunque no se enteren!); a Alexis Trucido, Edgardo Ariel Ferreyra, Guillermo Montaño, Gerardo Pelusso; y a todas las personas que han sido consultadas o entrevistadas en el proceso de la investigación, y que por razones de extensión no se incluyen aquí. Por sobre todas las cosas, gracias (y perdón) a Patricia y a Julieta, que son las que sufren las horas dedicadas a esta tarea.
Fuente: Entrevistas varias del autor; colección de diarios El Pueblo, La Voz de Florida, El Heraldo, El Deportivo, La Tarde, La Antorcha, La Idea, El Deber, y otros. Libro “Juegos y Deportes” – Florida 1880-1920 (José Monti, colección “Florida Nuestra”, grupo Identidad); cronología de Nina Riva; cronología y apuntes de Eduardo Díaz Maubrigade; cronología y apuntes de José Monti; cronología anónima sobre Fernando Abente Haedo (posiblemente de Wilson Monti o de Eduardo Díaz); Folleto “116 años de historia del periodismo escrito en Florida” elaborado por Eduardo Díaz y publicado por El Heraldo en sus 75 años; diario Última Hora de Paraguay; trabajos de José Luis Ardissone, ‘a mis 95’, María Amelia López Soliño; y Portal Guaraní en base a Breve historia de grandes hombres, de Luis G. Benítez.

martes, 17 de abril de 2012

Credibilidad vendida

(texto publicado en www.floridaonline.com.uy)

Este espacio no es publicidad. Podría TENER publicidad, que es algo muy diferente a SER publicidad. Ninguna empresa lo está pagando para que indique las aparentes cualidades de tal o cual producto, comprobadas o no científicamente.
No tendría que anticiparlo. Es un espacio de opinión, se presentará como tal y se leerá como tal. Con la publicidad debe pasar lo mismo. Debe ser presentada diferente, y el lector podrá darse cuenta que es publicidad y no un fragmento normal de la publicación o programa. Pero no siempre ocurre, y Florida es un buen ejemplo de ello.
Los manuales de ética y estilo que editan los medios más prestigiosos del planeta, tienen en sus líneas básicas la separación de la publicidad con respecto a la información. Incluso la opinión diferenciada de la información. Deberá ser presentada una de manera notoriamente diferente a la otra. Distinta diagramación, formato, tipografía, y en el caso de la opinión, que se puede asemejar a la información, agregar el anticipo sobre la columna en cuestión.
Es frecuente que un informativo pase, con el mismo rigor que la nota sobre la pesada denuncia de un edil de la oposición, el sorteo de una licuadora en un comercio céntrico. O que se haga algo muy parecido en medio de un programa que se autoproclama periodístico. O lo que es peor aún: que alguien que practica una turbia ciencia sea periódicamente entrevistado/a (pago del espacio, mediante) para convencer a desesperados pacientes sobre las propiedades casi mágicas de la alternativa medicación que, casualmente, el mismo entrevistado comercializa. Todo sin ser muy diferente a las soluciones que, en una entrevista similar, un candidato a tal o cual espacio de poder propone para erradicar los peores problemas que afectan la institución a la cual se postula.
En el mejor de los casos, el medio confía que su público decodificará con claridad que una es una entrevista paga y la otra no. Pero no es así. Ni existe tal decodificador en la mayor parte del público, ni existe ‘mejor de los casos’, porque la intención inicial es, precisamente, que ‘parezca una entrevista más’-
¿Por qué no creer que el candidato que es entrevistado accedió a tal espacio habiendo pagado, como el ‘científico-comerciante’? ¿Por qué no creer que se le da lugar a la pesada denuncia del edil por haber pagado, tal como el comercio que sorteó la licuadora?
Por eso, lo del principio: un espacio puede TENER publicidad, que la necesita para ser redituable, pero no SER publicidad. Es de cajón aclararlo cuando lo es, sino lisa y llanamente estará mintiendo, ocultando, engañando.
Es más. Las mismas empresas y los mismos periodistas que propagan lo anterior, aceptan como una regla lógica el no informar acerca de nada que pueda afectar al avisador, o construir su agenda a partir de éstos.
El capital del periodismo, uno supone, es la credibilidad, que se gana en base a la transparencia. Pero los mejores negociantes del periodismo saben que, para que sea un buen negocio, es necesario prescindir de ella a costillas del público.

Antiguo aporte complementario:

miércoles, 28 de marzo de 2012

Liderazgo en deuda

Aparente deuda por aportes monetarios establecidos por el Estatuto deja a Giachetto sin candidatura a la presidencia del FA

Tal vez sin quererlo, el liderazgo que el FA local no admite y su titular no termina de asumir, resultó herido este fin de semana.
Pero al mismo tiempo la coalición de izquierdas dio uno de sus mejores impulsos en el último lustro. Todo puede ocurrir simultáneamente.
Hay autores que defienden la idea de los partidos políticos como colectivos que se institucionalizan para aspirar a cargos. Suena duro, pero en los hechos los partidos son tales para poder someterse a elecciones y aspirar a ocupar espacios de poder. La aspiración de acceder al gobierno departamental parece inevitablemente ligada, para el FA local, a la figura de Juan Francisco Giachetto. No hay otro dirigente de su envergadura en aspiraciones electorales para la izquierda vernácula.
Culturalmente a los militantes de corte sesentista de la izquierda uruguaya les cuesta asumir que pueden estar sometidos a liderazgos. Por lo variopinto de la génesis del FA, quizás; por tener esta fuerza entre sus sectores a históricos partidos de masas, tal vez; por concebir la realidad desde una perspectiva aparentemente horizontal (pero que termina idolatrando a Chávez o a Fidel, que, claro, están lejos y afectan a otros), a los frenteamplistas por tradición, que son los que terminan haciendo su cuerpo dirigencial, el que no se amilana ni huye ante horas y horas de reuniones, plenarios y discusiones, les cuesta aceptar que, en la lógica de partidos formados para aspirar a cargos, un líder puede ser alguien de quien se dependa en un altísimo porcentaje en términos electorales desde la estructura hacia fuera.
Más complejo es que se acepte que ese líder sea quien llegó a una candidatura a la Intendencia, y ganó, desde una ‘aspiración política naciente’. Si bien pudo existir conexión previa con el FA, Giachetto, en los hechos, un día salió de su trabajo para ser candidato, sin ser un cuadro de la estructura ni contar con su carnet de ‘militante que la pasó mal durante la dictadura y que se comió horas y horas de reuniones y comité’. No. Él salió de la radio, caminó por Barreiro una cuadra y media, y pasó a ser el candidato más importante que haya tenido el FA local en toda su existencia. Y asumir que ése, así, pueda ser un líder, para el frenteamplista de corte sesentista es cosa complicada. Peor aún cuando, en los hechos, Giachetto demostró no ser ‘orgánico’, algo que resulta obvio si se toma en cuenta que no proviene de la orgánica.
Sin embargo, alcanza con entrar a una reunión de frenteamplistas y ver las caras de esos dirigentes cuando Giachetto habla. No hace falta pintarle al ex intendente un haz de luz ni pasar a parábolas su prédica. Las miradas perdidas, los ojos brillosos, las cabezas inclinadas como suspendidas en un clima de divinidad, surgen por ellas mismas y hacen a la escena.
La conexión ideal no ha sido posible porque, además, a Giachetto le ha costado asumir ese liderazgo, alimentarlo y regarlo. Se ha cuidado de los vicios de la exposición diaria quedándose en su lecho, descansando, lo que es necesario, pero no puede ser eterno.
Fraternidad Frenteamplista Floridense (3F),más acostumbrada a la lógica de los partidos ‘profesionales electorales’ que a la de los ‘burocráticos de masas’ que pululan en las aguas de la estructura del FA, planteó que Giachetto sea candidato a la presidencia de la fuerza en el departamento. El apoyo del resto sería innegable, pero la valla llegó desde punto más inesperable: una deuda. Un reclamo que, por impulso de un sector, desde Finanzas del FA le hacen por lo que entienden es una deuda en sus aportes porcentuales a la retribución como intendente, terminó por hacer “bajar” en la Mesa Política el nombre del ex jefe comunal como precandidato. Igual así 3F insistió el día del Plenario, y puso en un brete a todos. Pero luego de una dilatada y acalorada discusión, la propuesta volvió a caer.


Tras esto, nada será lo mismo. La conexión ‘posible líder-posibles liderados’, que de por sí venía compleja, salió herida.


Pero paralelamente el FA se ganó un partido a sí mismo. El candidato elegido es una potencial solución al mayor problema de la coalición como oposición de turno: la carencia de interlocutores válidos, de peso, con una imagen respetable desde fuera del FA, con un mensaje político claro y sólido, y con capacidad de conducción.
Daniel Ayala, que imprimió con más cintura que recursos una gestión bisagra en Cultura de la comuna, resulta una figura querible, además de querida, que difícilmente vaya a caer en un discurso parco, monótono y semivacío cuando sea requerido a representar oralmente la posición del Frente Amplio local ante un tema puntual. Es inimaginable en escenas infantiles que descuiden públicamente la imagen de dirigentes o ediles, y ha estado al frente de un sindicato de peso en momentos en los que se requirió acciones concretas y señales claras, pero por sobre todo: sensatas. Algo así, se supone, le hacía falta al FA.