lunes, 21 de enero de 2008

'FM Del Pueblo': la radio compañera (prejuiciosa apreciación de un nuevo ser en el dial)

El domingo, mientras iba camino al teatro de verano para ver ‘Sociedad Anónima’ y ‘Tía Victoria’, descubrí en FM (gracias a tener una radio bastante rudimentaria que no graba estaciones, por lo cual hay que ir avanzando y retrocediendo mareando el pulgar) que una nueva radio estaba emitiendo por estos lares. “FM del Pueblo”; así se llama. Me alcanzó poco menos de una hora para tener los datos necesarios: emite desde la esquina de Pocho Fernández y Saravia, y quien aparece a su frente es Oscar Matos, hermano de Julio, secretario general de la Intendencia de Florida. En ese lapso escuché las primeras voces que identifican a ‘la radio del pueblo’: Rolando Alzamendi (‘Rolo’) y Silvia Rotuno. El primero con experiencia en medios, cumpliendo hasta hace poco tiempo (tal vez lo siga haciendo, no lo sé) con la corresponsalía de La Nueva Radio en 25 de Mayo. Es además integrante del cuerpo de ediles de esa localidad, representando al Frente Amplio. La segunda: maestra, docente de filosofía (supo sufrirme como alumno), y actualmente edil de 3F (sector que lidera Matos).
Algunos ítems muy fundamentales (mientras la escucho y se siente, tras un tema de la nueva trova cubana, una tribuna gritando ‘¡Cuba sí!!, ¡yankees no!!’, ‘¡Cuba sí!!, ¡yankees no!!’) que he podido dilucidar hasta el momento: ése (mucho Silvio, Milanés, etc.), además de Viglietti, Los Olimareños, Zitarrosa y todo aquel artista que quepa en el esquema al cual la vieja guardia frentista nos asigna a todos los izquierdistas por igual (termo y mate, canto popular, etc.). Se cuelan a veces un Rada, Larbanois-Carrero, Drexler, Fernando Cabrera, Dino, Darnauchans (sí!!, una radio floridense pasa al Darno), y algunas otras cuestiones un poco más acercadas a estos años. Mucha música, pocas palabras, aunque las primeras ya dejan confirmar el rumbo (se amplía más adelante).

Quiero aire
En vísperas de la aprobación de la ley de emisoras comunitarias, era de esperar que desde algún grupo de militantes frenteamplistas se saliera a establecer las bases para pelear una onda, lo que no significa (y lo destaco) que lo esté haciendo el Frente Amplio, lo cual sería algo muy distinto.
Los últimos dos años han parido cuatro FM comunitarias en Florida capital, algunas de ellas (especialmente la 102.1) con el ojo puesto notoriamente en el rédito (o empate) comercial. Pero ninguna de las cuatro transmitía un perfil izquierdista. Es más, ninguna de ellas tiene un perfil político partidario, aunque sigue siendo tema de discusión si precisamente la 102.1 nació del impulso de Alianza Nacional (PN), sector del cual es integrante su director, Jesús Gerardo Martínez, hermano del candidato a la diputación de la lista 2004, Gervasio Martínez.

Medios 'amigos'
También es evidente que la relación entre el programa más escuchado en Florida (al menos el más escuchado entre los que hacen entrevistas, leen diarios y abren el micrófono para que la gente opine), y el Gobierno Departamental no se ha vivido precisamente un romance en los últimos años. Desde que Juan Francisco Giachetto soltó el micrófono para sentarse en el despacho más amplio del palacete (o un poco después, está claro), en los círculos progresistas se coincide en que es necesario contar con "medios que tengan una visión más de izquierda” y una actitud “más positiva” ante las cuestiones del gobierno, o mejor dicho “del gobierno de turno”. Se nota cierta necesidad desde las “filas compañeras” de que la gente no se clave en el 1200, y menos que menos que llame para decir que hay pozos en la cuadra o un foco roto en la esquina, entre 3000 quejas y opiniones diferentes que se publican telefónicamente o a través de un handy.
No es coincidencia entonces que nazca una radio como “la del pueblo”, autopresentándose como “la otra radio”, y pariendo con su propio nacimiento un programa periodístico que va de 10 a 13, con el nombre de ‘En Positivo’. Que no me guste el nombre del programa es una cuestión particular y por demás subjetiva, así como tampoco el nombre de la radio, máxime porque he peleado durante varios meses con un nóvel comunicador que asegura preguntar durante sus entrevistas “lo que pregunta la gente”, decir “lo que dice la gente”, transmitir “lo que quiere transmitir la gente”, y pensar “como piensa la gente” (algo que lo coloca en una posición casi que de Dios, tal vez por aquello de Vox Populi- Vox Dei, discusión que siempre resuelvo con un párrafo de Borges en El Otro, cuando él mismo, con medio siglo menos, se aseguró que escribía un poema para ‘la gran masa de los oprimidos y parias’: “le pregunté si verdaderamente se sentía hermano de todos. Por ejemplo, de todos los empresarios de pompas fúnebres, de todos los carteros, de todos los buzos, de todos los que viven en la acera de los números pares, de todos los afónicos, etcétera”).
Que no me guste el nombre de la radio –decía- es una cuestión subjetiva, como todas. Y al pedo, como la inmensa mayoría. Simplemente me parecía poco honesto guardármelo mientras desgrano este mamotreto.

'Mesa Redonda'
El primer programa de En Positivo (llevado dinámica y correctamente por Rolo y por Silvia, que me confirman que alguien que reflexione sensatamente frente a un micrófono siempre merece que se le preste atención), estuvo dedicado a hablar del MIDES en Florida, sus planes, programas, etc.. Ese espacio se llama ‘Mesa Redonda’ (no quiero traer al caso los peores ejemplos de las dictaduras ‘amigas’, pero tampoco creo que haya sido una elección feliz en cuanto al nombre). Próximos programas tendrán autoridades de la IMF hablando sobre la gestión de gobierno en las diferentes áreas, y así sucesivamente, confirmándome por dónde viene la punta de la tan sencilla historia.
En sí: formidable si un grupo de frentistas quiere tener una radio para promover lo que se realiza desde el gobierno y promocionar de paso lo que pasa en las diferentes comisiones barriales, etc., apelando a no fruncir el ceño (lo que resulta siempre al santo botón) ni a lanzar al aire opiniones inmediatas (que suelen ser por demás pobres, y en la inmensa mayoría de los casos reaccionarias y demostrativas de profundas limitaciones).
En síntesis: una ‘radio compañera’, que tal vez pueda seguir creyendo que los compañeros son los del esquema del termo y mate que escuchan a Zitarrosa, lo que la volvería una radio exclusiva para un puñado de militantes frenteamplistas y algunos pocos más; aunque estoy seguro ésa no es la intención de su génesis.
En fin: bienvenida, como todas.