Apenas se acercó al micrófono y habló, me cayó la ficha. Tras presentar al primer orador y alejarse del micrófono, quedamos mano a mano junto a un parlante, lo que me dio lugar a despejar toda duda: ¿sos Nelson Blanchet el que estaba en 13a0? El solo hecho de saber que he sido un buen adicto al programa, le despertó una sonrisa y activó una conversación que desde ese día mantuvimos practicamente a diario, acerca de lo que sea, aún siempre hayan nacido por cuestiones de trabajo. Incluso el mimso día de su muerte, miraba el registro en el celular, y habíamos hablado por última vez a las 6 de la tarde, cuando me llamó para pasarme un teléfono que le había pedido tres minutos antes.
Las casualidades de la vida me han llevado a pasar por algunos de los medios en los que él ha trabajado (la 30 y Radio Uruguay puntualmente), pero sin haber coincidido con él en el tiempo. Sin embargo, en ambos lados dejó amigos que constantemente me han pintado, en estos meses, las mejores anécdotas.
Luis Custodio, su amigo desde hace décadas, me dijo, cuando le comenté que había conocido a Nelson, que la extrema honestidad era la seña con la que lo identificaría, apenas tuviese la posibilidad de desarrollar más una relación. No dudo que así hubiese sido.