
Lo que me vengo incumpliendo desde fines de octubre del año pasado es felicitarme públicamente por haber ido a la charla que por ese entonces José Monti dio en el Instituto de Formación Docente, acerca de los primeros medios que aparecieron por estas latitudes.
Abordar ahora la publicación, esta semana, del material en el cual basó aquella charla, siento que me redime.
Abordar ahora la publicación, esta semana, del material en el cual basó aquella charla, siento que me redime.
Monti, un médico cirujano y oncólogo que "matiza sus responsabilidades profesionales y los deberes familiares con una metódica y animosa pasión por hurgar en los anaqueles de bibliotecas y hemerotecas públicas y privadas" -tal como lo cuenta la solapa de su libro-, hace público este "esfuerzo honesto por comunicarnos con aquellos hombres (movidos por las pasiones, las ideas y las cajas de tipos móviles) y con el tiempo político y social que contribuyeron a modelar", como apunta el prólogo del editor, Alvaro Riva. Para éste, el trabajo de Monti es "un esfuerzo minucioso y desinteresado por rescatar de los anaqueles del olvido los ideales, los sueños, los desvelos y las convicciones filosóficas y políticas de los primeros arrojados que Florida tuvo en el difícil ejercicio de la libertad de prensa".
El autor navega por 25 años de la historia del periodismo floridense, nutrido de su propia investigación así como de la de otros floridenses que escarbaron por diferentes épocas en los estantes más empolvados; entre ellos José Alberto Dibarboure y muy especialmente el familiarmente inolvidable Eduardo Díaz Maubrigade, sobre quien se incluye una referencia que Carlos Martínez Latorraca (nunca sé cómo manejarme en estos casos, porque me queda incómodo decir "papá") escribió en diciembre de 1991, a poco del fallecimiento de Eduardo.
Y como del tema sé tanto como del resto de las cosas que a la vida hacen (lo que en lengua castellana es 'nada'), y como además pretende ser éste un post que aplaude hasta con los pies el aporte que significa el libro, me ha importado un bledo la redacción muchas veces en primera persona del plural (lo que ni por asomo es para autorreferirse, lo cual cualquiera que lo conozca sabe que lejos está de la intención de José), así como los recursos para entrecomillar, y me he dedicado a disfrutar a pleno este trabajo que es de las mejores noticias que se pueden tener para cerrar el año. Máxime porque se ha cuidado todo en la edición, incluso el ubicar al lector en la época a través de una contextualización de Hilario Castro Trezza, que para los que estamos del lado de los ignorantes nos es imprescindible e indispensable para entender cada línea, cada párrafo de los textos que Monti recorta y pega, y colocar en el espacio donde debe ir cada tuerca y cada tornillo.
Es pues, para pararlos en la calle y agradecerles.
"La prensa escrita y sus periodistas (primeros 25 años de periodismo en Florida)". José Monti Aguzzi. Ediciones 25 de Agosto, diario El Heraldo S.A.. Diseño de portada: Nicolás Segredo.