lunes, 28 de septiembre de 2009

Las reglas de Alvaro Riva y los 80 mil atorrantes

Alvaro Riva dejó arriba de la mesa su grabador, hasta el último minuto. Es algo con lo que suele, o solía, estar pinchando a quienes trabajan a su lado. "No saquen el grabador hasta que dejen de hablar". Todos quienes cubrimos conferencias, actos, etc., respetamos poco y nada esa regla. Es que Riva es insoportable con esas cosas. Él lo sabe.
Quienes fueron el viernes por la mañana a la reunión que Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga mantuvieron con la directiva de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF), lamentan hoy no haber escuchado alguna vez el sermón del director de El Heraldo.
Si bien es cierto que la calificación de "atorrantes" que Lacalle disparó contra quienes cobraron el ingreso ciudadano tal vez se haya conocido a nivel nacional por la nota que escribí para La República y que encabezó la portada, más cierto es que si el viernes a la mañana Alvaro Riva no hubiese dejado hasta el último segundo su grabador encendido frente al presidenciable nacionalista, esa misma noche no era tan sencillo mandar algo que podían catalogar después de "trascendido". No fue así, y hoy el tema está en todos los medios. Informa tanto radio El Espectador (acá y acá), como los portales de los diarios El PaísEl Observador, y los portales 180.com y Montevideo.comm, entre otros.
Lo que poco se ha escuchado es el momento en el cual Lacalle habla de los "atorrantes". Crédito a Riva mediante, cuelgo el informe que hice esta mañana para "De Ocho a Diez", en Radio Uruguay (1050AM), y que contiene el fragmento de la conferencia en la cual el candidato del Partido Nacional dice lo que horas más tarde con seguridad deseaba no haber dicho.